No creo que yo sea un vlogger. No tengo alma de vlogger. Llego tarde a la corriente de moda y ni siquiera me gusta el formato. Aborrezco a decenas de vloggers. Siento repulsión por vídeos de un histriónico hedonista subido encima de la moto contándome sus insulsas movidas cotidianas. Definitivamente, no soy un vlogger.

Entonces, ¿qué coño hago grabando un vídeo blog encima de la moto contando mis insulsas movidas cotidianas? No sabría cómo responder a esto. Seguro que estoy sufriendo algún tipo de enajenación pasajera.

Me he ganado una GoPro Hero 5 Black Edition por la cara. La primera intención era venderla y comprar algo más útil, como un disco duro, unos guantes o la provisión de cubalibres de todo el verano. Pero la he probado. Y ese fue mi error. La cámara funciona tan bien que estoy encantado con ella así que me he dicho ¿por qué no enseñas las carreteras por las que te mueves habitualmente en moto y cuentas algo de la zona?

El hecho de no tener ni idea de edición, realización y todo eso que se supone que hay que saber para hacer un producto de calidad, pareció pasar a un segundo plano. No tener unas buenas tetas o un buen cuerpo que enseñar tampoco tenía importancia. La cámara parecía hacerlo todo sola así que, por qué no convertirse en niño-rata y volcar algún desvarío frívolo en YouTube… Al fin y al cabo, si hay tutoriales para freír un huevo o millones de vídeos de dudosa utilidad, ¿por qué no iba yo a mostrar las carreteras de la zona donde vivo?

Y con estas premisas nace esta nueva jaimitada de Viajo en Moto. La idea es mostrar las carreteras de Asturias y Galicia (o de donde sea) pero contando algo más. En la primera entrega hablo un poco del [amazon_textlink asin=’B072BBDQQ3′ text=’Camino de Santiago’ template=’ProductLink’ store=’viaenmot-21′ marketplace=’ES’ link_id=’e104dbd1-5d78-11e7-86af-494174427120′], de las curvas, de la Presa de Salime… En la segunda lo haré de las explotaciones auríferas romanas en el Puerto del Palo y en la tercera… ya veremos si llego a la tercera. En ese caso, hay temas: las labores del campo, la producción eólica, la cultura castreña, la pesca de la trucha, el turismo activo… Hay un montón de cosas que ver y que hacer en la comarca. Y un montón de curvas para disfrutar de la moto. Uniendo las dos cosas tenemos un cóctel ideal.

Procuraré que los vídeos no tengan más de cinco minutos de duración y escogeré carreteras retorcidas, que aquí no hay otras. Esta serie de vídeos aún no tiene nombre. He barajado cosas idiotas como “…en la carretera“, “explorando carreteras“, “curva y contracurva” y otras de parecida factura pero supongo que el nombre saldrá solo. ¿Tienes alguna sugerencia? Puedes dejarla en los comentarios.

Este es el primer vídeo de mi nueva etapa como vlogger y lo bueno que tiene es que, a partir de aquí, solo queda mejorar.