Como todos sabréis a estas alturas, la concentración de Cantalejo, “La Leyenda continua” (que nunca se si es continua o continúa por la continua ausencia de tilde), se ha suspendido. Según el comunicado oficial del Ayuntamiento, las presiones sufridas por el grupo Yo Soy Pingüino y más concretamente por su presidente, Mariano Parellada, ha dado al traste con la cita.

No me cabe ninguna duda que las presiones han tenido que ser muchas y muy grandes. Por una parte Ecologistas en Acción advirtió que iba a denunciar cualquier concentración motorista en el pinar. No es de extrañar. Después de haber propuesto un sitio (sea adecuado o no) y de que no se aceptase por Turismoto debían de tener un cabreo considerable. No voy a entrar en si el lugar es o no el idóneo porque eso, desde el punto de vista de Ecologistas en Acción quizá sea lo de menos. Ellos propusieron un lugar y les tuvo que repatear mucho que, no sólo no se aceptase, sino que se fueran a hacer la concentración a otro pinar a 100 km. para, según su punto de vista, agredirlo medioambientalmente.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Valladolid, temeroso de ver como volaban miles de pingüinos con sus carteras repletas de billetes lejos de la ciudad, organizó una concentración llamémosle, “de transición”. Todo ello en espera de que Parellada perdiese la presidencia de Turismoto en favor de Navas, el tesorero y así recuperar en 2017 el nombre legal de Pingüinos para seguir con la concentración tradicional haciendo borrón y cuenta nueva.

Cuando Parellada y sus afines contraprogramaron el evento de Cantalejo el susto en el consistorio pucelano tuvo que ser de aúpa. A un mes de la Fiesta de la Moto y les sale competencia. No sólo eso, además una competencia que tenía visos de convertirse en habitual, una competencia que pugnaría por llevarse a todos los moteros lejos de Valladolid. Eso no podían consentirlo. La trastienda política y las cocinas del partido debieron de movilizarse a todos los niveles posibles para eliminar el mal de raíz. Si además Ecologistas en Acción metía caña, aún mejor.

El resultado de todo esto fue el que muchos esperaban: la concentración se suspende y ganan el combate el Alcalde de Valladolid, Navas y los hosteleros pucelanos.

¿Qué va a pasar en 2016 y los siguientes? Vaya usted a saber. Lo más probable es que Parellada pierda la presidencia de Turismoto, que Navas se haga cargo del club y una vez recupere el control el ala afín al Ayuntamiento, se celebre la invernal Pingüinos en 2017 bajo ese nombre. En cuanto al asunto económico, para los que ganan dinero con el evento, seguirá más o menos igual: hoteles, restaurantes, gasolineras, bares y chiringuitos del recinto, volverán a recibir ganancias y la ciudad se verá beneficiada.

¿Y los de las motos? Depende. Si la concentración sale bien volveremos a Valladolid cada año, sin importarnos mucho quién es el presidente del motoclub, si ganan más o menos dinero, o si viene Carlos Jean o la artista antes conocida como Tamara. Todo eso no son más que asuntos accesorios en una concentración de motos. Los motivos que nos impulsan a viajar en invierno por la estepa castellana o las serranías turolenses tienen que ver con la camaradería, con el placer de ver a viejos amigos y con el amor por las motos, más que con el roñoso espectáculo de un streptease o un caldo pésimo que sabe a gloria.

Sea como fuere, el espectáculo que han dado todas las entidades implicadas en el Penguingate ha sido bastante lamentable hasta la fecha. Hemos asistido a lucha de egos, a una guerra por el control económico y a una encarnizada batalla en la que aficionados, empresarios y organizadores, han salido perdiendo.