La tecnología o, como gustan de decir en los noticiarios, “las nuevas tecnologías” nos rodean y nos envuelven en una vorágine de chismes que no tiene parangón en la historia. Cada semana nos sorprenden con un aparato nuevo que hace las cosas aún mejor que el anterior, aunque éstas sean de dudosa utilidad.

El penúltimo en llegar a esta carrera por ser el más puntero ha sido el casco de BMW, un prototipo conceptual que llega como respuesta a otros que ya están a la venta, como el Skully. Fue presentado en el CES 2016 de Las Vegas, la feria tecnológica más importante a nivel mundial. Pero si se cumple la máxima de Julio Verne de que “cualquier cosa que un hombre pueda imaginar, otro podrá hacerla realidad”, tenemos que prepararnos para una nueva generación de cascos y equipamiento en general que nos dejarán boquiabiertos. Y es que, hay muchas personas con imaginación desbordante.

A día de hoy estas soluciones quizá puedan parecer un poco exageradas, ciencia-ficción de última hornada basada en películas violentas y juegos de ordenador. Pero si comparamos un casco de cuero de los primeros tiempos de la motocicleta con estos últimos que se han presentado el año pasado, el salto tecnológico y de diseño que nos muestran estos artistas “futuronautas” no es tan exagerado.

Volemos hacia el futuro.

Cara de cabreo con el ceño fruncido, pantalla fotosensible y aspecto de guerrero post-apocalíptico es lo que nos presenta el artista canadiense Nivanh Chanthara en esta creación.

Sus diseños incluyen robots, cascos, armaduras, armas y todo un universo futurista que nos transporta a un mundo de película basado en la defensa y el ataque.

La mezcla de guerrillero de la resistencia con motorista recién salido de Mad Max proyecta una imagen indómita de luchador independiente. Un héroe del desierto.

 

El californiano Tim Fangon nos presenta, no solo el casco sino toda una armadura de protección fabricada en carbono y termoplásticos creados con nanotecnología. El conjunto nos recuerda un poco a Robocop y sinceramente, no se si me atrevería a poner semejante atrezzo.

El casco está dotado con sensores de visión nocturna, ventilación superior y en la mentonera, hud, cámara y toda una serie de gadgets de serie.

La armadura de protección es lo suficientemente flexible como para no restar demasiada movilidad al piloto a la par que nos ofrece una protección espectacular. Está dotado de interior termoregulable y el exterior viene recubierto por una película que reduce el coeficiente de rozamiento con el aire. Esto hace que los ruidos se vean mitigados.

Mike Andrew Nash es especialista en escultura digital, diseño, dibujo, renderización… Es capaz de esculpir las cosas más inverosímiles sin necesidad de tocar otra cosa que no sea un ordenador.

Nos presenta un casco destinado a la industria militar de la que, como sabemos, muchas soluciones técnicas acaban pasando a usos civiles.

A la vista de este diseño podemos pensar que su coeficiente de rozamiento es enorme y que esto provocará mucho ruido en el interior.. Puede ser.

Las soluciones hidráulicas empleadas para su ajuste y la ausencia de pantalla transparente nos hacen pensar en un interior lleno de tecnología punta. Sensores, cámaras, sistema de refrigeración… todo computerizado e insertado en el interior de este casco de polímeros fabricado íntegramente en impresoras 3D de última generación.

La imaginación es el motor de avance de la sociedad y estos ejemplos solo son un somero atisbo de lo que nos espera. O no.