Desde que el mundo es mundo el hombre tiene curiosidad por saber qué le deparará el futuro. Predicciones, augurios, adivinación… Artes ancestrales que convierten a quienes las dominan en personajes poderosos e influyentes. Pero… ¿qué pasará en el futuro? Las probabilidades de que no ocurra nada de lo que estás pensando son muy grandes. Cuando yo era pequeño recuerdo que tenía una obsesión compulsiva con el año 2000. ¿Cómo sería yo en el emblemático año 2000? Me habría convertido en un viejo de treinta años pero, a cambio, estaría viviendo en El Futuro y disfrutando de todos los avances tecnológicos de que los humanos nos proveeríamos. Qué equivocado estaba! En el año 2000 estaba viviendo en El Pasado y nada, excepto lo de ser más viejo, se hizo realidad.

Con las predicciones futuristas de los diseñadores más iluminados ocurre prácticamente lo mismo. Y si alguien tiene dudas sólo tiene que acudir a los delirantes diseños de lo que en los años 40, 50 o 60 pensaban que serían los vehículos del futuro. Coches que hoy nos parecen pueriles, cuando no horrendos, plagaban las mesas de dibujo de los ingenieros más visionarios. Engendros voladores, soluciones técnicas estrambóticas e imaginación desbordante.

Algunas de las innovaciones técnicas, quizá las menos conocidas y las que llamaron menos la atención fueron las que llegaron a nuestros días y hoy son básicas en cualquier vehículo. Estoy pensando en el ABS, en los turbocompresores y en artilugios por el estilo. Pero en cuanto a diseño, las predicciones de futuro, por lo general, fueron siempre un fracaso.

¿Quieres saber cómo serán las motos del futuro? Pues fíjate bien como son los diseños futuristas de hoy e imagina una cosa totalmente distinta porque, como hoy las ven, no serán mañana.