Los que ya peinamos canas (en mi caso apenas tres, la verdad) en esto de los ordenadores y la Internet, recordamos con mucho cariño los primeros juegos de aventura gráfica, allá por los lejanos años 90. Eran los tiempos de la prehistoria de Internet y los tiempos de sorprenderse con cualquier avance en términos de informática de consumo. Todo nos parecía cosa de magia, de un mundo de fantasía y colorines que salía de una pantalla de catorce pulgadas.

Full_Throttle_artworkLlegaron, en formato disquete, maravillas como Monkey Island, Mansion Maniac, Las aventuras de Indiana Jones, el Día del Tentáculo y muchos otros títulos que nos tuvieron empantallados hasta las tantas de la madrugada. Recuerdo perfectamente cuando apareció Full Throttle en el año 1995.  Lucas Arts, una de las empresas más creativas e innovadoras en cuestión de juegos, entraba con una nueva aventura gráfica en el mundo de las motos.

Full Throttle no fue, ni mucho menos, lo que se esperaba. El juego era facilón y tan corto que apenas si te daba tempo a meterte en él. Aún así, Ben Wathisname, el lider de una banda de moteros llamada “Polecats” enganchaba con su poderosa imagen. Además la interface del juego, con nuevos menús haciendo clic en el botón derecho, incluían acciones como amenazar o patear y eso, querido amigo, era mucho más de lo que podían hacer los de Sierra la competencia.

Ben, el único personaje jugable, monta una chopper Corley Motors mientras de fondo suena la música de los The Gone Jackals, uno de los temas que tuve de cabecera durante años. Lo cierto es que los Gone Jackals tuvieron un éxito fugaz en su carrera y puede que su único pelotazo haya sido aparecer en la banda sonora del juego.

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Los escenarios recordaban un poco a Mad Max: mucho desierto interminable, mucho sol de lleno en la cabeza y mucho polvo acumulado en un futuro post-apocalíptico no muy lejano. Por allí el bueno de Ben intentaba limpiar su nombre y el de su banda, acusados como suele pasar, de un crimen que no habían cometido. Para ello tendría que valerse de todas las tretas y artimañas disponibles pero, como he dicho antes, no era muy difícil superar las trampas de la trama. Entre otros secundarios que comparten cartel con nuestro héroe cabe destacar a Mo (Maureen Corley), la mecánica escéptica que está de vuelta de todo o bandas motoristas tan emblemáticas como  The Vultures (Los Buitres), una banda femenina adictas a la velocidad, los brutales Rottwheelers (Rompellantas) y los enigmáticos  Cavefish (Peces de Cueva).

¿Consiguió Ben evitar que él y los suyos cargaran con el asesinato del presidente de Corley Motors, la única empresa que aún seguía fabricando motos en el mundo? ¿Evitó que la compañía Corley se pasara a fabricar mini camionetas? ¿Dejó Mo de ser una mecánica escéptica y de vuelta de todo?

Ben, líder de los Polecats.

Ben, líder de los Polecats.