EstadísticasHace un par de días os dejaba una captura de mi teléfono móvil con las estadísticas de visitas de esta página. Se podría pensar que era fruto de la vanidad y del orgullo desmedido pero no. Como muchas de las cosas que se escriben por aquí, tenía un doble propósito. Por una parte compartir con vosotros, fieles seguidores y amigos, la enorme alegría que me produce ver crecer a mi pequeña. Al igual que me satisface ver como los kilómetros aumentan en mi vStrom, también me gusta comprobar que las visitas a ViajoenMoto.com suben. No sólo porque de este modo se autofinancia con los ingresos de los banners sino porque, como he dicho en otras ocasiones, todos los que escribimos lo hacemos para que nos lean, porque sinceramente pensamos que tenemos algo que transmitir. Sentimos una especie de urgencia vital que nos impele a lanzarnos sobre el teclado a contar historias.

Además de estas pequeñas satisfacciones personales lo hice por llevar a cabo una insignificante venganza. Cuando tomamos la decisión de ir a Turquía a mi compañero de viaje Alex, le pareció buena idea buscar patrocinios. Yo no estaba muy de acuerdo, más que nada porque me parecía mucho trabajo para obtener poco a nada a cambio, pero le dije que sí, que si él se ocupaba no pondría objeciones. Enseguida consiguió apoyos para nuestro pequeño viaje en forma de empresas que nos aportaban material y servicios y vi que la cosa de los patrocinios no estaba tan mal. Nosotros poníamos el trabajo mediático y de promoción y ellos, a cambio, nos ayudaban en las cosas que necesitábamos. Simbiosis.

En esta búsqueda de patrocinios se escriben muchos emails, se hacen llamadas, se presenta el viaje, se mandan flyers… y algunos te contestan. Pero hay un grupo de empresas (talleres, neumáticos, repuestos…) que no tienen la educación de decirte que no están interesados. No están por la labor, se entiende y no hay nada que objetar, cada uno es muy libre de invertir su presupuesto publicitario en los proyectos que le parecen mejores o le gustan más. Pero no me parece que cueste tanto trabajo escribir un escueto mensaje diciendo, educadamente, que te vayas al carajo. Y aún hay otro grupo peor, aunque menos numeroso. Los que te dicen que te pongas en contacto por otro medio y luego no te contestan. ¿Qué opinión nos ha de merecer alguien que nos dice´»mándame al correo del taller la info, que por Facebook no me sirve«, y luego no hay más noticias de ellos? Es una cuestión de educación y de atención al cliente. O al posible cliente. O a alguien que no sabes si te puede enviar clientes.

Habéis llegado a las redes sociales con vuestro negocio pero no tenéis ni idea de cuidar vuestra imagen ni de captar clientes. Ignoráis los principios básicos que han de regir el comportamiento de una empresa en internet. Conceptos como branding, e-Commerce o marketing on-line os suenan a chino y así os va.  Cuando vuestro taller o vuestro tenderete de mercadillo sueñe con tener 50.000 visitas ya nos tutearemos, si eso.