Solo LoeweHace unas semanas, paseando por la Milla de Oro de Madrid, el exclusivo Barrio de Salamanca, volví a ver el cartel de Loewe con esa moto tan especial. La campaña se creó hace tres años pero aún sigue teniendo suficiente tirón como para seguir usándola. No sólo la moto es especial, el modelo, un narizotas con perilla, es aún más especial. Irrepetible, diría yo. Hay que alabar la audacia de la empresa de marketing a la hora de escoger a los dos protagonistas del anuncio, la moto y el modelo.

SOLO Loewe, que así se llamaba la fragancia, estaba protagonizada al cincuenta por ciento por Paolo Henriques, un modelo portugués que comenzó con la marca en 2004 y llegó a la cumbre en 2013 con la campaña de Navidad de Loewe. No me atrevería yo a calificarlo como un hombre guapo, ni siquiera desde los estándares de belleza de un heterosexual de cuarenta y pico, pero le encuentro un atractivo y un carisma difícil de encontrar en los guaperas habituales de los anuncios de colonias. Rasgos afilados, nariz prominente y una perilla que le enmarca unas facciones duras, son su seña de identidad más evidente. El porte aristocrático y elegante que han escogido para el anuncio realza aún más el carácter peculiar del individuo.

La fuerza expresiva de Henriques unida a su imagen, inspirada en el Greco, casa perfectamente con la moto escogda para la ocasión, una máquina inusual y llena de carácter. Se trata de una creación del sueco Stellan Egeland con la que ganó en Mundial de Constructores AMD en Sturgis: la Hustler. Lleva un motor Knucklehead de las Harley de los años 40 con modificaciones de Stellan. Entre otras exquisiteces cuenta con cilindros de bronce y culatas de aluminio de fabricación propia y una caja de cambios de cuatro velocidades Norton. En ella el motor es la referencia y el resto de la moto son simples comparsas a la pieza estrella. Eso sí, con detalles de elegancia y exceso estético que dejan al público entendido con los ojos bizcos. Acelerador por poleas, empujadores a la vista, llantas de 23 pulgadas… Todo está al servicio de un motor con personalidad propia y que centra la imagen del conjunto. Esta moto ha ganado varios premios internacionales tanto por su estética como por lo cuidado de todos sus detalles.

Del taller de Stellan han salido otras creaciones especiales e irreverentes que lo colocan como uno de los mejores constructores de Europa.

Otras creaciones de Egeland: