Dibujo de Anna Grimal

Hacer un viaje en moto desde Londres hasta Argelia en los años 20 seguramente sería una aventura de proporciones mayúsculas, es una lástima que Lady Warren no consiga transmitir lo épico de esta gesta en su libro.

Through Algeria and Tunisia in a Motor Bicycle es un libro escrito en 1922 por Lady Warren y traducido por primera vez al español por la editorial Casiopea bajo el título “[easyazon_link identifier=”B01EN4GAT8″ locale=”ES” tag=”http://amazon.es”]LADY WARREN: de Argelia a Túnez en Moto[/easyazon_link]”. En él se nos cuenta la historia de una joven que, sin un plan claramente definido, se embarca en un viaje por el Norte de África en busca de aventuras por países que en aquel entonces resultaban bastante exóticos. Viajaba en el sidecar de una moto de la época pilotada por “P”, un mero acompañante del que no sabemos si es mayordomo, conductor o simplemente, figurante. Desde luego no es su pareja y lo único que nos cuenta de él es que viaja a Alemania en tren una vez que finaliza el viaje. Sobre sí misma tampoco cuenta gran cosa. Podemos deducir que era una mujer “de armas tomar”, valiente y sin miedo al qué dirán, pero pocas conclusiones más extraeremos de la lectura del libro.

Sin embargo, lo que empieza siendo un relato muy prometedor, pronto pierde fuelle y la autora se deriva en descripciones de paisajes y carreteras infectas que terminan por aburrir al lector. Pierde la oportunidad de hacer un retrato de la sociedad de principios del Siglo XX en las colonias francesas para dejarnos una retahíla de hoteles de mala muerte y de montañas y colinas perladas de adjetivos grandilocuentes.

En el texto cabe destacar el fino sentido del humor, muy inglés, de la autora pero, aparte de dos o tres anécdotas verdaderamente “aventureras”, este diario de viaje acaba resultando un tanto tedioso si lo que se busca es un relato de viajes en moto. Por cierto, de la moto, equipada con sidecar, se habla poco y nada bueno, tan poco que ni siquiera nos informa de la marca. A base de indagar por la red he comprobado que se trata de una Triumph, probablemente un modelo H, equipada con un sidecar de un constructor ingles.

Lo mejor del libro, además del sentido del humor de la autora, es conocer a una de las pioneras de los viajes en moto y transportarnos a aquella moda viajera, tan romántica, los años 20 en los que cada kilómetro recorrido era un desafío. También hay que destacar la excelente adaptación que hace Marta Sarramián, dándole un aire moderno y actual a una obra de hace casi cien años.

A modo de resumen se podría decir que no es una obra maestra de la literatura de viajes en moto pero el libro se deja leer en un par de tardes y es una curiosidad recomendable si te apasionan los viajes en moto.