• Tapa blanda: 412 páginas
  • Editor: Comanegra; Edición: 1 (9 de septiembre de 2013)
  • ISBN-10: 8415097611
  • ISBN-13: 978-8415097617

La Emoción del NómadaA estas alturas pocos aficionados habrá a la lectura de viajes en moto que no conozcan este libro de Miquel Silvestre, el viajero en moto más mediático que ha salido de España.

Después de publicar Un Millón de Piedras, Miquel Silvestre se embarcó en otro viaje, desde Europa hasta Asia Central para dirigirse luego a Tierra Santa. Era una peregrinación. Son más de 400 páginas que pasan por Francia, Italia, Eslovenia, Hungría, Ucrania, Rusia, Kazajistán, Uzbekistán, Azerbaiján, Georgia, Turquía, Siria, Jordania, Líbano, Israel y los Territorios Palestinos, donde termina el relato en la Iglesia de la Natividad.

Cuando Miquel Silvestre realizó este viaje aún no era el viajero mediático que conocemos ahora ni el ejemplo a seguir que muchos ven en él. Aún sin ser inexpero en viajes, este parece el más fresco e inocente. Sin Facebook, sin blog y sin ataduras “mass-media”, se embarco en un viaje que tenía mucho de descubrimiento interior.

Esta es la obra más íntima del autor, en la que nos relata su conversión o renovación de fe. Desde los primeros capítulos vamos asistiendo a la transformación del protagonista y, poco a poco, nos damos cuenta de que algo trascendental va a suceder en su vida. Los avatares por los que va pasando, los encuentros casuales y las vicisitudes por las que pasa nos preparan para la revelación que va a tener lugar.

En La Emoción del Nómada hay sitio para la mala leche del autor, para las situaciones cómicas y sobre todo, para la confesión. Horadamos en lo que siente el personaje y podemos llegar a comprender un poco más lo que siente cuando está de viaje. La relación con su novia de entonces o la desesperación por verse desamparado y perdido llega al lector con nitidez y sin tapujos.  Y eso es lo más interesante de la obra. Además su estilo directo y una prosa ágil hacen que el libro se lea con interés. Miquel huye de la monotonía de eternas descripciones de carreteras y hoteles para hacernos viajar con él. A veces resulta odioso, a veces enternecedor pero por encima de todo, resulta creíble. Podemos estar o no de acuerdo con su cosmovisión, en cómo se relaciona con las personas que se encuentra en el camino o abominar su esporádico histrionismo pero este libro es, sobre todo, honesto.

Como he dicho es una prosa directa, a veces ruda si la ocasión lo requiere. Esto hace que no pueda evitar la comparación con otros autores que hacen de la exageración y el adorno artificioso para darle un poco de brillo a viajes que, aunque  no sean ser planos, lo parecen.

Las últimas páginas del libro, por circunstancias que no vienen al caso, las leí semanas después. En ellas me encontré con el desenlace final, con el Miquel más íntimo, sincero y humilde, muy distinto a lo que a veces nos muestra en sus apariciones mediáticas. Un colofón perfecto para un texto que hurga en las entrañas del autor y que lo desnuda por completo.