En este loco empeño  de viajoenmoto.com por procurar bienestar y confortabilidad a sus lectores, vamos a darte hoy las claves para conseguir sobrevivir al trabajo de tus sueños: repartidor de pizzas.

¿No es, acaso, lo que siempre deseaste, compaginar tu pasión por la moto con un trabajo digno? Pues ahí lo tienes, dignidad y moto aunadas en una ocupación entretenida y provechosa.

Ni qué decir tiene que goza este puesto de una gran ventaja: la moto es gratis. No tienes que hacer desembolso alguno por el vehículo de tus sueños y además, te pagarán por hacer kilómetros. No sólo eso, dispondrás de todo el equipamiento necesario para ir en moto. ¿Se puede pedir algo más?

Como tenemos cerrado el asunto de escoger moto y equipación nos centraremos en darte los consejos adecuados para que tu tarea en la empresa sea provechosa para ti y la humanidad. Vamos allá.

Antes de nada buscarás una empresa que te admita. Esto no va a ser tarea difícil porque, a tenor de lo que pagan, suelen producirse bastantes vacantes. Telepizza, Pizza Hut, Pizzamóvil… la oferta es variada y atractiva.

Una vez con los papeles en regla en la empresa que haya tenido a bien contratarte, lo primero que tienes que hacer al llegar cada día a tu turno, es comprobar el estado del vehículo. No te arriesgues a perder una rueda por el camino y comprueba bien cada pulgada de la moto. Normalmente suelen estar que se caen a trozos así que, ármate de paciencia, y procura agenciarte una que, por lo menos, frene. No seas demasiado exigente y busques un Vespino al que le funcionen las luces porque, si te pones exquisito, igual no logras tu sueño.

Una vez que hayas seleccionado cuidadosamente el medio de transporte más adecuado, llega el momento de salir a la calle. Intenta meter todos los pedidos que puedas en el cofre y si al último cliente le llega la pizza fría, que se aguante. La prima por cada entrega son 70 céntimos y no vas a desperdiciar ese dineral por un quítame allá esas pajas.

Vamos, a la ruta.

Eres el amo de la estrada. Tienes toda la calle a tu disposición. Como por arte de magia los semáforos en rojo ya no te afectan y los pasos de peatones sólo son un lugar en el que es posible caerse. Nada más. Dribla coches, arranca espejos retrovisores y vuela, fulgurante como una exhalación entre la vorágine del tráfico. Estás en tu medio y aquí eres el rey de la selva, la hiena ágil y eficaz, el hurón conejero. El puto amo, vaya.

Tus enemigos naturales, una vez fuera del habitáculo, son los yonkis y macarrillas callejeros. Lo suyo sería que los hostiaras a todos en cada intento de robo pero… ¿para qué te vas a arriesgar? El dinero no es tuyo así que, que se lo lleven sin darte la tabarra. Eso sí, préstales atención porque no suelen ser muy sofisticados con los sistemas de robo. No estamos hablando de ladrones de guante blanco sino de la escoria de la sociedad. Ya me entiendes.

Adopta una postura de conducción que aúne la comodidad y el espectáculo, es decir, algo que no te agote y con lo que la elegancia de tu pose no se vea comprometida. Puedes, por ejemplo, sentarte medio de lado con aire despreocupado y con el casco integral en lo alto de la cabeza, sin calarlo del todo. Eso dirá mucho de tu personalidad arrolladora y de tu espíritu emprendedor.

Es sabido que estas empresas no pagan mucho. Si tienes suerte 400€ incluidas las propinas pero en viajoenmoto.com tenemos el consejo perfecto para cada contratiempo: roba. Hínchate a pan de ajo, trufas y helados. De este modo sencillo podrás compensar lo escaso de las contraprestaciones económicas.

Trabaja siempre en momentos en los que haya meneo, los turnos de comida y cena son los mejores, sobre todo si hay fútbol. Así evitarás que te pongan a amasar pizzas, atender el horno o rellenar neveras.

Ya sé lo que estás pensando: en follar. Haces bien, es un ejercicio imaginativo que quizá pueda servirte en cualquier aspecto de la vida. Pero en este trabajo no. Comprendo que es una fantasía sexual muy socorrida el pensar que pueda aparecer una tía maziza, en bolas, para recoger las pizzas, pero es altamente improbable. Piensa que si tuviera muchas ganas de echar un polvo podría haber llamado a un servicio de compañía en lugar de un pizzero con granos.

Pero mira, a cambio quizá te reciba en la puerta un tipo con pinta de oso que acaba de salir de la ducha y solo cubre sus vergüenzas con una toalla que, estás seguro, podría ser más grande.

Una vez realizada la entrega pon la cara de amabilidad que habrás ensayado para recibir la propina. Si en el mismo domicilio jamás dejan propina es que no se merecen el producto exquisito que llevas a su mesa, aderézalo con la ponzoña que se te ocurra, usa tu imaginación.

Enlaces:

Trabajos que no es conveniente cambiar por el de repartidor de pizzas:

http://estejulioesuno.blogspot.com.es/2006/08/yo-fui-repartidor-de-pizza-en-motito.html

Cosas que no se deben hacer como repartidor de pizza (ni en ningún otro trabajo):

http://www.lapatilla.com/site/2012/10/03/repartidor-de-pizza-consiguio-una-puerta-abierta-y-violo-a-una-madre-cerca-e-su-hija-foto/