No te enteras de las nuevas tendencias en esto de la moto, y eso que estás en internet más horas que haciendo kilómetros. Claro, no sales de tus círculos de confort y así no hay manera de que te percates de lo más cool en el rancio y aburrido mundo de la moto. Pero, como siempre, aquí está viajoenmoto.com para desasnarte y ponerte en el camino correcto de la modernidad.

Ahora lo que se lleva es lo Hipster. ¿Que no sabes lo qué es? Me dejas to picueto. Pues es lo más “in” del momento, lo muy muy de lo más más y lo tope de lo tope.. Viene a ser algo así como un movimiento cultural caracterizado por aunar a hippies, grunges, postpunkies e indies en un solo grupo, con sus matices, subgrupos y demás zarandajas que caracterizan a cualquier tribu urbana.

Una parte de ellos ha desembarcado en el mundo de la moto y es lo más ultramoderno que te puedes echar a la cara así que, si ya te has cansado de ser un macarra, un endurero pistero, un rácing de postin o un pureta motorizado, ahora tienes la oportunidad de convertirte en un Hispter Motorizado.

Empezaremos por el principio, el atuendo. Como siempre, en este tipo de cosas lo más importante no es la moto, aunque parezca una contradicción. Lo importante son las pintas.

En primer lugar la barba. Mejor es que seas un poco rubio, pelo clarito y ojos azules pero tampoco vamos a renegar de nuestro ADN latino así que tendremos que apañarnos con el material genético de que dispongamos. Nos vamos a una pelu del centro y que nos peinen con raya de lado y nos recorten la barba. Nos la pueden dejar en pico, cuadrada o corta, pero siempre peinada e impecable. Ni un pelo fuera del sitio.

Manos manicuradas y olor a colonia cara. Pero sin que se note, como casual.

Ahora la vestimenta, que no es moco de pavo. De abajo a arriba, botas de obrero americano, CAT o similar, de 250€ el par, pantalón vaquero gastado o “chinos” de algodón. Sólo usaremos pantalón de cuero si es muy, muy vintage y nos sienta… de postal.

Para la cubrición del torso podemos optar por camisa de cuadros grandes, o camiseta de BSA, Bultaco, Ossa o cualquier otra marca del año de la pera y remataremos nuestra exquisita figura con una cazadora de cuero marrón con evidentes signos de desgaste. No te preocupes que no tendrás que esperar años, ya las venden así.

El casco, como no podría ser de otra forma, abierto, rematado con gafas Uvex antiguas.

Hipster on bike. Fuente: http://magicskateboard.tumblr.com

Hipster on bike. Fuente: http://magicskateboard.tumblr.com

Ya tenemos lo básico para empezar.

Un hipster motorista nunca sale solo, siempre va en grupo con otros de su especie para poder admirar el arte de la vida y comentarlo. Así las cosas, debes procurarte un grupo reducido de amigos y amigas, todos guapos a poder ser. Para ello lo mejor que puedes hacer es buscar en tu ciudad un taller donde preparen bobber, café racer o personalización vintage. Allí podrás hablar de música indie, del surf de los 50, de iPhones y Macs o de cualquier otro tema del universo hipster y que se aleje de cualquier cosa que sea mainstream.

Para ser un hipster motorizado, no sé si te lo había dicho, tienes que tener dinero, pasta, grava, panoja… así que, o eres un niño de papá o eres un profesional liberal de gama alta. En caso contrario no pasarás de ser un mal émulo. Con el dinero en el bolso tendrás el dilema de escoger una moto pinturera para aparcarla delante del Starbucks de turno, en la Fnac o en el bar de toda la vida abierto hace dos años.

El abanico es amplio. Tenemos las BMW de la serie R de los años 70, las Triumph Bonneville, Royal Enfield, Ural, japonesas también de los 70… Un surtido elenco de trastos que, por mor de los dineros y muchas horas de trabajo, se convierten en piezas únicas. Ah! y las Harleys, que van a pasar de ser el icono de malos malotes y maduros con posibles a símbolo de estátus hipster.

Con estos rudimentos y algo que estudies en los sitios web de Deus ex Machina o en los vídeos de Vimeo, estarás listo para virar fotos a sepia y vivir como un egregio que sigue la moda.

Así que, ya sabes, si quieres triunfar en el mundo de las motos y, a la vez, ser socialmente aceptado, sigue la corriente.