Yo hago promoción de mis páginas web y del programa de viajes en moto, lo reconozco. Lo hago porque estoy orgulloso de mi trabajo en estos campos. Es mi pasión y lo promociono, a pesar de no vivir de ello. No se me caen los anillos, ni me da vergüenza darle bombo a mi obra. Quizá sea porque, como dice Stacy, no tengo vergüenza. Un escritor escribe para que lo lean y un blogger, lo mismo. Podremos hacer las valoraciones que queramos con respecto a la motivación, al ego y todo eso pero lo cierto es que, si escribimos, es con la intención de que alguien lo lea.

Es normal que, si creas algo, cualquier producto, un libro, un blog, lo que sea, lo promociones e intentes que todo el mundo lo conozca, sobre todo si le sacas un rendimiento económico. Son principios básicos de las leyes de mercado. Esto no debería ser censurable Para ello se hace uso de las redes sociales, de la prensa escrita y de todos los medios al alcance de uno que supongan promocionar nuestra marca personal, el branding. La red está llena de tutoriales y técnicas para darse a conocer, para venderse como si de un producto se tratase.

Lo que ocurre es que hay personas que hacen promoción de lo suyo única y exclusivamente y se olvidan de que los demás existen. Viven en una burbuja endogámica que les tendrá muy calentitos, no lo dudo, pero que no les llevará a ninguna parte.

Las redes sociales son eso, “sociales” y hablar del trabajo de los demás no es malo en absoluto. No es de recibo que estés esperando que todo el mundo hable de tu empresa, de tu viaje o de tu libro si lo único que haces en las RR.SS. es publicitarte y las únicas ocasiones en las que hablas de los demás que están viajando, tienen empresas relacionadas con la moto o escriben un libro, es cuando a ti te interesa por temas de promoción.

¿Acaso aquí no tendríamos que hablar en Viajo en Moto de Charlas Moteras, de Espejos en los Codos, de En Moto o de cualquier otro programa que dedicado a las motos?

Pues eso es lo que deben de pensar algunos viajeros que nos encontramos por la red, empeñados como están, en hacer autopromoción y hablar sólo de sí mismos. No parecen darse cuenta de que la gente no es tonta y, al final, los que volcamos contenidos en la red, los que enriquecemos la web con creaciones propias (sean buenas o malas), les daremos las espalda y tendrán que buscarse la vida ellos solitos/as.