Como cada mes de enero la Dirección General de Tráfico presenta el balance de siniestralidad del año anterior. En 2015 se observa un estancamiento en cuanto a víctimas mortales, rondando éstas las 1.130 personas fallecidas en accidente de tráfico cada año.

No son malas cifras si las comparamos con países como Finlandia, Austria o Alemania aunque quizá la meteorología adversa que tienen durante la mayor parte del año tenga algo que ver. O no, porque Grecia, con un clima parecido a España tiene una tasa de mortalidad bastante mayor. Cierto es que cualquiera que haya conducido por Grecia se explicará fácilmente estos datos.

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Fuente: DGT

En lo tocante a la moto los datos son pésimos. El número de siniestros no solo no se estanca sino que se incrementa de forma notable. En la categoría de motocicletas, de 170 muertos en 2014 la cifra sube a 219 en 2015. Si hablamos de ciclomotores pasamos de 17  muertos en 2014 a 28 en 2015. Esto significa 60 fallecidos más.

La explicación podríamos buscarla en varios frentes, desde carreteras en cada vez peor estado a una climatología benigna que amplió la «temporada natural» de salidas en moto. También la paulatina recuperación económica podría sumarse como factor ya que la moto es, por lo general, un vehículo de ocio.

Para lo que si que no hay explicación ni causas ajenas al motorista es al hecho de que nueve de los fallecidos en accidente de moto no llevaran el casco, 6 más que el año anterior (en 2005 fueron 27 muertos los que iban sin casco)

Exceptuando camioneros, que han muerto 5 más, el resto de conductores de vehículos de cuatro o más ruedas han visto rebajada la cifra de decesos en su segmento, sobre todo autobuses y furgonetas. Pero los motoristas no. En 2015 hemos sido los protagonistas de la siniestralidad en carretera.

Ahora nos tocará leer y escuchar todo tipo de explicaciones, como la de esta semana en una televisión regional que apuntaba como causa que «las motocicletas son cada vez de mayor cilindrada».