gatitosAsumiendo que la culpa es mía y de nadie más, según me han hecho ver algunos lectores, paso a relatar otro acontecimiento gatuno de hace dos o tres semanas. Lo cierto es que había pasado por alto el asunto pero, vista la concatenación de sucesos en estos últimos días, creo que todo en el Cosmos ocurre por algo. O que no hay dos sin tres, vaya.

Pues sucedió que, hace unas dos semanas, entré en el garaje/bajo de mi oficina y, cuando rebuscaba en una estantería algunos útiles propios de mi trabajo, escuché un ruido, como de ser vivo, en una de las cajas del estante superior. Movido por la curiosidad científica, zarandeé un poco la caja para ver qué reacciones se producían y, oh sorpresa, salió un gato miniaturizado. Y luego otro. Y un tercero.

Continuando con mi labor investigadora observé que una hembra de lo que parecía ser Felis silvestris catus o gato doméstico había alumbrado a un mínimo de tres ejemplares dentro de una caja de cartón.

Se da la circunstancia de que en esa misma estantería estaba mi casco, guantes, espaldera y múltiples protecciones para el uso de la moto de campo. Sin necesidad de analizar la gran masa de pelos que había repartidos por la zona y por mis útiles de trabajo, pude colegir que, efectivamente, aquello era un hogar gatuno.

Ahora yo me pregunto, queridos amantes de los gatos, ¿debo criar y mantener a la prole felina que anida entre las coderas y el casco o, por el contrario, procedo a desalojar la fauna provisto de escoba y manguera?

No es necesario que contesten, era una pregunta retórica.

Artículos relacionados:

Animadversión a los gatos

Cagada en Dainese

Has visto un lindo gatito?