Quizá una de las cosas que más descuidamos los motoristas sea el seguro de nuestras motos. Compramos la máquina, anhelada desde hace años, contratamos un seguro, que es un gasto adicional con el que  quizá, ni contábamos y nos olvidamos de ese engorroso trámite obligatorio para el resto de la vida. Nuestra relación con el seguro se reducirá, si tenemos suerte, a pagar religiosamente cada año la cantidad pactada. Pocos son los que se plantean, siquiera, mirar precios en otra compañía o analizar las prestaciones de cada póliza.

Para los que viajamos con cierta de asiduidad es importante contar con prestaciones que nos aseguren que, una vez lleguen los problemas, la forma de resolverlos sea rápida, eficiente y con los menores inconvenientes posibles. Aún recuerdo, en uno de mis accidentes, los problemas que tuve para reparar la moto porque mi compañía se olvidó de enviar los papeles al juzgado dentro de plazo. Al final, después de muchas peripecias, amenazas, lloros y desvelos, tuve que recurrir a la mendicidad moral para poder reparar la moto y seguir viajando.

Para que eso no pase al contratar el seguro para tu moto es importante recurrir a una compañía de demostrada solvencia y con una oficina física donde, llegado el caso, se pueda ir a dar cuatro puñetazos encima de la mesa. En estos tiempos de deslocalización, de multinacionales impersonales y de atención telefónica surrealista, un trato personalizado y afable puede ser la clave para, en igualdad de condiciones, escoger a uno o a otro.

A mi me toca renovar el seguro en unos días y buscando e investigando por la red llegué a la Mutua Madrileña. Lo primero que me llamó la atención es que ya los seguía a través de Twitter sin ser consciente de ello, a través de su cuenta del Club Soy Motero donde tienen descuentos muy golosos. Alguno de ellos llega a bajar en un 7% el precio de una moto nueva, descuentos en viajes, etc. Podría ser una opción a sopesar esto de contar con una  tarjeta de club.

Hay, dentro del “Club Soy Motero”, otras tres cosas que me llamaron la atención: La asistencia jurídica, la revisión de seguridad anual y gratuita para la moto y los servicios de una asesoría para asuntos relacionados con la motocicleta. Se me ocurren temas como la importación de una moto desde mercados de segunda mano más propicios, consultas sobre modificaciones e ITV o papeleos a la hora de una compraventa entre particulares. Además, el consabido servicio de asistencia en carretera que es, para mi, uno de los aspectos más importantes cuando estoy de viaje. No soy de grandes comodidades ni necesito lujos de ningún tipo pero, si mi moto queda inmovilizada y mi viaje truncado, quiero que la asistencia jurídica, hospitalaria e, incluso psicológica, sea impecable.

En fin, una serie de ventajas añadidas al simple seguro obligatorio.

Antes de cambiar de compañía seguiré mirando ofertas y precios pero la de Mutua Madrileña es una a tener en cuenta.

En próximos artículos seguiremos desgranando lo que el mercado de seguros nos ofrece para rodar por el mundo con la espalda cubierta.