Hoy he soñado… No suelo recordar lo que sueño, salvo cuando son pesadillas que igual que las hostias que te da la vida, marcan más en el alma.

Soñaba con una carretera perdida en Yucatán. Allí, en medio de aquella recta infinita rodeada de manglar y golpeado por la humedad y el calor de la selva,  sentía que estaba en ese preciso instante donde me siento en conexión con todo, con el momento, conmigo mismo, con el planeta…. No echo en falta nada y me siento pleno.

Carretera Yucatan

En el sueño aparecía un hombre chaparro, de tez rojiza, con un bigotillo fino y poco poblado y una mirada desafiante a la vez que dubitativa, justo detrás había algún tipo de establecimiento no muy bien mantenido, no recuerdo qué clase de negocio era pero estaba pintado con los colores típicos de los edificios del caribe mexicano.
Sabía que estaba de viaje en moto con mi amigo Roberto, aunque éste no aparecía por ningún lado, lo sentía cerca y me daba tranquilidad saber que no estaba yo solo con aquel hombre desafiante. Lo describo de esta manera pero lo cierto es que no me inquietaba lo más mínimo. 

Después de este verano volveré allí, a las rectas de Yucatán y Quintana Roo. Ya han pasado casi 10 años desde la primera vez que estuve allí, lo echo de menos, porque me enamoré de esa península al instante de tocarla. Como de tu boca y tu mirada, aunque a éstas  solo las toco en sueños….

No me gusta hacer muchos planes, no se me da bien, cuando planeo algo todo se va a la mierda.

A veces planeo como será nuestro próximo domingo, en el sofá, viendo una película a la que no le pienso prestar ningún tipo de atención, porque prefiero estar mirando tu boca, tu pelo o mirando como nos agarramos fuerte antes de que llegue el tan temido lunes.

Paso de hacer planes, prefiero hacerme ilusiones: ilusiones con perderme en algún viaje o ilusiones encontrándome contigo.



Jorge: 9 Abril 2019