KTM: crisis financiera, intervención judicial y futuro incierto
La emblemática marca austriaca KTM, referente mundial en el motociclismo off-road y de altas prestaciones, atraviesa una de las etapas más delicadas de su historia. A finales de 2024, la empresa fue intervenida judicialmente tras declararse insolvente. En este artículo repasamos las causas de la crisis, las medidas tomadas para evitar la quiebra, y el incierto panorama que se dibuja para KTM y sus marcas asociadas como Husqvarna y GasGas.
De las cimas del éxito al abismo financiero
En 2023, KTM parecía imparable. Sin embargo, bajo esa apariencia de fortaleza se ocultaban graves desequilibrios. La empresa acumuló una deuda cercana a los 3.000 millones de euros y un stock de motos sin vender estimado en más de 265.000 unidades. Según El Confidencial, esta cifra equivale a todo un año de ventas.
Las causas son múltiples:
- Una sobreproducción irresponsable, manteniendo el ritmo fabril pese al descenso de la demanda.
- Inversiones arriesgadas, como la compra de MV Agusta o la expansión excesiva del catálogo de modelos.
- Un entorno económico adverso: pospandemia, inflación, crisis del crédito y caída del consumo en Europa.
Intervención judicial: salvación temporal
El 29 de noviembre de 2024, KTM presentó una solicitud de reestructuración judicial con autoadministración ante el juzgado de Ried im Innkreis, Austria. Este procedimiento, explicado por MotorSport.com, permitió a la empresa suspender pagos y negociar con sus acreedores bajo supervisión judicial.
La razón inmediata: la reclamación judicial de un préstamo impagado de 247 millones de euros. El tribunal concedió 90 días para presentar un plan de pago. Durante ese tiempo, KTM detuvo su producción, redujo plantilla (700-750 empleados) y suspendió temporalmente su programa de MotoGP.
Los salarios de los trabajadores se vieron comprometidos, y muchos tuvieron que recurrir al Fondo de Garantía de Insolvencia. Según ABC, los empleados no cobraron las nóminas de noviembre ni las pagas extras de fin de año.
El plan de reestructuración
Para evitar la quiebra, KTM ofreció pagar el 30% de su deuda (unos 600 millones de euros) a sus acreedores antes del 23 de mayo de 2025. La empresa busca actualmente una inyección de capital externa de entre 750 y 800 millones de euros. Según Der Standard, los accionistas actuales han aportado 50 millones de euros iniciales, pero aún falta la mayoría del capital.
Como parte del ajuste, KTM vendió su participación mayoritaria en MV Agusta a comienzos de 2025, según Speedweek.
Aprobación del plan y situación actual
El 25 de febrero de 2025, el plan fue aprobado por los acreedores, lo que da un respiro a KTM. No obstante, el tribunal austriaco dejó claro que la empresa deberá cumplir con el pago del 30% en la fecha pactada, o de lo contrario se reactivará el proceso de insolvencia.
Mientras tanto, la fábrica de Mattighofen ha reanudado parcialmente su producción en marzo de 2025, funcionando en un solo turno, como informa OE24.
¿Y ahora qué?
KTM, aunque aún en pie, camina sobre hielo fino. La imagen de marca se ha visto afectada, su red de concesionarios está tensionada, y sus modelos podrían quedar obsoletos por la normativa Euro 5 si no se venden pronto. También están en juego el futuro de Husqvarna y GasGas, marcas hermanas que comparten instalaciones y recursos.
En competición, KTM mantiene su presencia en MotoGP, pero ha congelado temporalmente el desarrollo de su prototipo. Según Marca, el joven talento Pedro Acosta seguirá en el equipo, pero el futuro de la estructura dependerá de la salud económica de la marca.
Conclusión
KTM no está muerta, pero ha estado más cerca que nunca del abismo. La aprobación del plan de reestructuración le da margen, pero todo depende de conseguir el capital necesario antes del verano de 2025. Si lo logra, podría emerger como una empresa más prudente. Si no, el mundo del motociclismo perderá a uno de sus grandes referentes europeos.
En Viajo en Moto seguiremos atentos a la evolución de esta historia.
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