Guerra de pareja e inoperantes fuerzas de paz.
Despertarse con una botella de Ballantines al lado de la cabecera resulta un tanto turbador. Mirar en derredor y comprobar que estás en una cueva… raro. Despertar Hasta que pasaron unos segundos no conseguí hacerme una composición de lugar y explicarme por qué amanecía en una cueva de Ayna, en Albacete. El día anterior, Juan y yo habíamos decidido, siguiendo las indicaciones de unos parroquianos, dormir en una cueva a las afueras del pueblo. Parece ser que era un lugar seguro, caliente en invierno y fresco en verano. Por si esto fuera poco podíamos aparcar las motos a poca distancia. Vamos, una especie de olimpo en lo que a residencias se refiere. […]