De cómo en India me convertí en idiota. Si no lo era ya

Pushkar es una ciudad eminentemente espiritual. Su nacimiento es bastante sorprendente. Resulta que los dioses, tan faltos ellos de entretenimientos mundanos, se reunieron un día, hace muchos años, y soltaron un cisne con una flor de loto en el pico. Allí donde el cisne dejara caer la flor, vendría el dios Brahma y construiría un …