Crónica de un antiguo incidente
En el año 92, lejos aún de esta edad provecta hacia la que avanzo, mi único vehículo era una Kawasaki Vulcan de 500cc. Era mi primera moto y le tenía bastante aprecio, como es natural. Un aciago día del mes de septiembre me desplacé a las fiestas de Pola de Allande, por aquello de comprobar si con la moto podía cosechar algún éxito entre la población de féminas con hombreras y pantalones de tiro alto. La noche pasó, para desgracia mía, sin pena ni gloria así que, sobre las tres de la mañana, volví a subirme en la moto con serias dudas sobre su poder de atracción para el sexo femenino. Dispuesto a encarar el Puerto del Palo y disfrutar de una noche estrellada, aceleré por la "recta de la gasolinera", jalonada de coches aparcados a ambos lados. Por aquel [...]