Rajastán, en tierra de reyes
Salir de Delhi fue relativamente sencillo, sobre todo si tenemos en cuenta de que uno de los mecánicos del taller donde habíamos alquilado las motos nos guiaba como parte del servicio contratado. No es que sea muy complicado dejar la ciudad pero se agradece llevar a un nativo que te guíe. Además venía incluido en el trato, como la bendición religiosa o las decenas de papeles que tuvimos que firmar. Lo de la bendición es cosa del señor alquilador, que es muy de protocolos y parafernalias. El día que acordamos el alquiler nos emplazó para el día siguiente temprano, con el objeto de cumplimentar todos los documentos necesarios, revisar las motos y comprobar los repuestos. Por cierto, la ley obliga a las empresas de alquileres de motos a dotarlas de una serie de repuestos que van desde las bujías a los [...]