En invierno hay varios tipos de concentraciones de motos. Por un lado están las macroconcentraciones, encarnadas principalmente en Pingüinos y Motauros. Son un referente en este tipo de fiestas de la moto y llevan años celebrándose. Aunque son bastante parecidas en cuanto a planteamiento, desarrollo y por supuesto, temática, tienen sus adeptos y sus detractores. Son saraos enormes orientados a grupos de motoristas y colectivos principalmente, ya que las hogueras y los campamentos se prestan a ello. Resulta sencillo, por lo general, integrarse en cualquiera de estos grupos y disfrutar del calor de la hoguera en compañía.
Luego están las concentraciones de corte íntimo. Aquí casi todo el mundo se conoce y éstas, bien sea por falta de personal, de apoyos o por infraestructura, no suelen tener aspiraciones de convertirse en macroevento. Algunas, por la dureza de las condiciones en las que se desarrollan, son un mito en el seno del mototurismo y es raro que evolucionen hacia otra cosa que no sea una reunión de unas cuantas decenas de motoristas alrededor de la hoguera.
Entre los dos extremos hay concentraciones que, dependiendo del año, se inclinan más en uno u otro sentido, suficiente oferta para escoger el lugar al que acudir.
Este año vuelve Pingüinos. Después de las diferentes polémicas en las que se vio envuelta y después de un cambio en la directiva del motoclub organizador, Turismoto, parece que han quedado definitivamente atrás los problemas legales de la organización y los problemas ambientales por el lugar donde se celebraba. Han cambiado de ubicación, tienen el apoyo de las instituciones y todo parece miel sobre hojuelas. Espero que esta situación se mantenga en el tiempo.
Creo que, una vez que han quedado atrás las tiranteces y la mala imagen que se proyectó en todo el país, Pingüinos volverá a ser lo que era. No es una fiesta íntima ni creo que sea eso lo que van buscando los que ya acudieron alguna vez. Es una celebración masiva que quiere ser eso, multitudinaria y con vocación de enormidad. Y no tiene que pretender ser otra cosa. Es bueno que se batan récords de asistencia y que sea un referente a nivel europeo en cuestión de concentraciones de motos. Es bueno que se llene de expositores, de bares y de público porque este es el marchamo de Pingüinos, una fiesta en la que puedes encontrar a todo tipo de personajes, en la que puedes quedarte los tres días al calor de la hoguera o en la que puedes beber y bailar hasta caerte de culo. Hay opciones para todos los gustos. Pingüinos es grande y debe seguir siéndolo, de lo contrario no sería Pingüinos.
Lo malo de esto es que, si eres de los que le tienes alergia a la tienda de campaña te resultará difícil encontrar alojamiento. Hay gente que muchos meses antes ya tiene el hotel reservado en Valladolid o en cualquieras de las poblaciones adyacentes. Para esto no hay solución o te espabilas y reservas con tiempo o te aficionas al frescor nocturno de la tienda de campaña.
Puedes mirar a ver si queda algo libre todavía
En este sentido puede ser útil la aplicación que ha desarrollado Machucapps para Pingüinos 2017 en la que, además de alojamientos, tienes la programación por días, las zonas de los eventos geolocalizadas y la normativa.
Si me preguntan qué tipo de concentraciones prefiero respondo sin dudar que las invernales. Creo que hay menos margen para el postureo y la gente que te encuentras es más motorista que motera. Si tengo que escoger entre concentraciones íntimas y recoletas o macrofiestas de la moto no tengo preferencias, me gustan ambas por igual, cada una tiene sus atractivos, por supuesto, su momento.
Sin duda motauros, para mí un referente.
Es mucho más pequeña y familiar y el rollito nocturno es más familar.
Bueno, Motauros hace tiempo que dejó de ser pequeña…
Arrímate un día por Delfines!!!
Es en tarifa en septiembre, aprovechas y te pegas un bañazo en el estrecho.
A Tarifa iré en primavera, que ya el tiempo acompaña. Aunque septiembre es un mes ideal para viajar al Sur.
Delfines…. para salir corriendo de allí. Bueno, mejor no ir.