La lluvia golpea la pantalla del casco con insistencia y una niebla densa y persistente se extiende más allá de de la siguiente curva. Que ni es curva.
¿Gallegos, qué habéis hecho con Galicia? ¿Donde están las fragas de la umbría, los castaños mágicos de pieles retorcidas y los robles centenarios que albergaban el panteón de los seres imaginarios?
Hacía años que no viajaba por el interior de Coruña y hoy nos encontramos con un paisaje cambiado, con el cromatismo bicolor del verde prado y el tinte oscuro de los eucaliptos. Kilómetros de eucaliptos. Hectáreas de eucaliptos. Habéis sucumbido al feismo en todas sus vertientes. Primero a esas construcciones horrendas. sin concesiones a la estética fina, perladas de lo burdo. «Hazme una casa que tenga ventanas y una puerta», esa fue la única orden que recibió el albañil. Y eso fue lo que hizo, una casa con ventanas y una puerta, una construcción espartana y fea.
Luego le tocó el turno al monte y también sucumbió al pragmatismo. No queda ni un solo rincón en el que la intervención humana no sea patente, ni un metro sin domesticar, ni un hueco improductivo. El mosaico de huertas y prados, los árboles autóctonos que daban sentido a «terra das meigas», han dado paso a los eucaliptos. Y las meigas no pueden vivir entre eucaliptos: los pies descalzos no están hechos para caminar sobre sus hojas. Las gotas de lluvia no saben escurrirse con maestría desde lo alto de las copas y la niebla no puede deshacerse en jirones graciosos en este cultivo forestal.
Perece la morriña del emigrante.
«Adiós ríos, adiós fontes, adiós regatos pequenos…» Adiós para siempre adiós, que hasta Rosalía se está revolviendo en su tumba, avergonzada de lo que han hecho con su tierra. Es el avance de la nada en forma de verde coriáceo, son los temores de Atreyu que se hacen realidad en Galicia. Aldeas insertas en el silencio, fagocitadas por la uniformidad.
¿Qué habéis hecho, gallegos, con Galicia? Habéis sido presas de la productividad, habéis domeñado la tierra de vuestros ancestros y aquí poco queda de los bosques rumorosos, de la diversidad que daba carácter a vuestro hogar y a vosotros mismos. Ence, ¿qué les has hecho a mis hermanos? Eres la Puta de Babilonia enseñoreada en todo el territorio, el mismísimo anticristo. Has matado la magia, el misterio. Has borrado demos, trasnos e diaños que ahora se arrastran avergonzados por pistas forestales embarradas.
Ya no siento las manos y los pies, y noto como Elena tiembla de frío. Hay días en los que me pregunto por qué me gusta viajar en moto.
Encaramos la bajada a Caldebarcos, con Fisterra allí enfrente, asomándose entre la bruma al fin de la Tierra, de espaldas a un mundo loco y a su aire. Hoy se baña en aguas calmas, ajeno a nuestras manos heladas. Al Norte la Ría de Corcubión y enfrente, el faro de Illa Lobeira, como un castillo recortándose en el horizonte.
Enfilamos la rueda delantera hacia O Ézaro. Al frente la única cascada de España que vierte sus aguas al mar. Mágica, única, especial. A la izquierda, monte arrasado por un incendio forestal. ¿Qué hacéis, gallegos? Eucaliptos y fuego. Pinos y fuego. Queimada galega. Todo se purifica aquí con el fuego, como queriendo forzar el reinicio de las cosas, como buscando un nuevo orden que surja después de cada incendio. Los esqueletos de los pinos que se yerguen entre los afloramientos graníticos, son los testigos mudos de la vergüenza.
A cambio de tanta ignominia disfrutamos de la hospitalidad gallega, de la retranca cariñosa, de la melodía de las palabras. «¿E logo? E logo sí, carallo!». La rotundidad amable y melosa del gallego lleva implícito el perdón de todas las cicatrices. La sonrisa buena, el trato educado y cercano… Nobleza.
Y si no… siempre nos quedará Lugo.
Pero que razón tienes, carallo!! Lo del feísimo es taaaan endémico que es algo ya arraigado. Es una mierda que está y se quedara.
Y el eucalipto, ese horrible engendro vegetal que so se justifica porque es rentable y aguanta el fuego. Ya casi no quedan fragas.
Que envidia me dan vuestros bosques. Buscándolos redescubri Asturias.
Que hermosas lectura y cuanta razón tienes Roberto. Es delicioso leerte….
Biennn
Una foto mas nitida tuya personal no hay ?
No sé si entiendo la pregunta…
Los humanos que nos llamamos a nosotros mismos sapien sapien valga la redundancia,nos hemos empeñado en destruir nuestra casa y lo vamos a conseguir ,ya lo creo,empeño ponemos,valla tela,saludos
Sabias palabras, Roberto
Votar ao PP, eso é o que fan a maioría de galegos e galegas ;(
Y pedirles que les asfalten la carretera o camino con cemento aguado y arena de río y playa.
Luego que puedan especular con la basura que van rebañando por las esquinas de Galicia para acabar siendo parte de su vivienda, además de levantar muros por todas partes.
Es la herencia educativa que Franco deja a Galicia como gallego «de buena estirpe», como suele afirmar Mariano Rajoy Brey.
Siempre quedará Lugo y Ourense, a pesar de los incendios, algo sobrevive
Bravo!! Por el sentimiento que muestras y por la pasión con que lo transmites. ¡Qué triste verdad encierran tus palabras!
Gracioso lo de «Al frente la única cascada de Europa que vierte sus aguas al mar», lo he escuchado muchas veces y no es cierto, basta con buscar en google «waterfall isle of skye»
Corregido. De tanto leerlo en páginas de turismo di por hecho que era un dato válido.
La unica cascada de la Europa continental que vierte sus aguas al mar. La que tu dices es una isla
Al final camnié lo de Europa por España y así no hay lugar a dudas, al fin y al cabo tampoco es necesario ser tan internacional :-)
Gran articulo!!! Hasta Portugal se ha dado cuenta que el eucalipto es un problema, ellos lo han prohibido y su mayor papelera Navigator ha buscado refugio en las manos de los políticos gallegos, todos igual de encantados de que ENCE haya reventado nuestra tierra y la ría de Pontevedra. Me gustaría que alguien revisara el emisario de ence en la ría para que viera si los puestos trabajo que ofrece son un favor o un castigo.
Tienes mucha razón, Roberto. Solo me queda una duda y es saber si tu anónima firma proviene de un lugar idílico donde cuidáis el entorno con tanto cariño y esmero que os asombre el destrozo del noroeste peninsular.
Si a los turistas y domingueros no os gusta ver una finca cerrada con somieres, podeis pagar vosotros el cierre de un muro de canteria.
Huy, quite, quite… donde haya un somier, un bidón de aceite estirado y unas buenas chapas de uralita, que se quite toda la cantería del mundo :-D
Los turistas y domingueros que visitamos Galicia, también tenemos casa en algún sitio y no nos permiten cerrar con tan ilustres materiales. Nos obligan a cerrar con cantería que pagamos nosotros para que cuando vengáis los «turistas y domingueros» los encontréis todo bonito.
Como gallego me duele lo que leo, pero nada más cierto de la realidad! Para mí la carretera de louro a fisterra es el tramo más bonito que he hecho en coche nunca! Pero los gallegos hemos perdido paisaje e identidad. Promocionamos Cíes, las catedrales, ézaro, traemos «progreso» y muchas veces falta formación y sentido de la sostenibilidad, el cual falta principalmente a nuestros representantes que se han gastado el dinero del i d en puertos deportivos y en modificar los usos de los suelos para contentar caciques… Lo bonito es que todavía hay esperanza, si se te rompe la moto en el arcen, no dudes en petar en la primera puerta que encuentres, podrás esperar a la grúa disfrutando de la hospitalidad gallega, en la que nunca faltan sonrisas, vino y comida. Al final la vida son esas pequeñas cosas las que nos hacen amar nuestra tierra… Ainda que para representar a realidades galega son mais de castelao que de Rosalía!