Los intercomunicadores bluetooth para el casco han pasado, en pocos años, de ser un equipo de lujo a convertirse en algo de uso habitual. Cuando los instalé en el casco y salí a hacer mi primera ruta con «banda sonora» recuerdo que me invadió una sensación especial. Era como si las carreteras que había recorrido mil veces hubiesen cambiado y, por efecto de la música, deviniesen en paisajes nuevos y desconocidos. Era como ver un documental de viajes en el que yo era el protagonista.

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El intercomunicador que usaba hasta ahora era una pequeñez de los chinos. Tenía las funciones básicas y un alcance más que decente de moto a moto, alrededor de un kilómetro. La música se escuchaba de forma aceptable hasta los 110 km/h y la función de radio y teléfono móvil no daba problemas. La única pega era que no había manera de darle órdenes de voz al teléfono y no podía comunicarme con Siri para, por ejemplo, realizar llamadas en marcha o buscar una dirección para que me guiase.

bt_intercom

De todas formas, a pesar de estos detalles, hubiera seguido usándolo si no fuera que no pasó la prueba de la lavadora. Al volver de India casi todas mis pertenencias tuvieron que pasar por la lavadora de forma urgente y eso incluyó mochilas, petates y bolsas en general. En una de ellas se coló el intercomunicador y ya nunca volvió a ser el mismo. En marcha, con lluvia e inclemencias meteorológicas, siempre aguantó muy bien y era estanco pero se ve que no está diseñado para recibir trombas de agua en el centrifigado.

Como ya no sé viajar sin música tuve que comprarme uno nuevo y como es natural, volví a los chinos. Encuentro que las diferencias que hay entre un intercomunicador de 300 o 400 euros y uno de 40 de los chinos no son tan grandes como para justificar esa diferencia de precio.

Esta vez escogí un modelo barato pero un poco más atractivo visualmente, un D2 Motorcycle Helmet Intercom Interphone Headsets With Bluetooth GPS FM Function, que con esa denominación comercial tenía pinta de ser la repera.

intercom

Lo primero que me encontré es que el volumen, como diría Barón Rojo, es brutal. Me da la impresión de que se pasan por el forro las homologaciones europeas y les importa poco si alguien se queda sordo: si pones el volumen a tope te aseguro que no aguantarás mucho rato. Puedes estar sumergido en la vorágine del tráfico en cualquier ciudad asiática o circulando a 150 km/h (en carretera abierta no, claro) que la música va a llegar a tu cabeza sin distracciones. Además los bajos son mucho más rotundos que en el otro modelo y se escucha mucho mejor.

Ahora ya me puedo comunicar con Siri de forma efectiva y mediante una pulsación puedo ordenarle enviar un tuit, un mensaje de cualquier tipo, grabar una nota de texto o de voz, buscar una calle y un sin fin de cosas más.

Lo único  que no me gusta demasiado es que el cable de carga está conectado de forma permanente al resto del equipo y para cargarlo, tienes que tenerlo instalado en el caso. Como suelo recargar en marcha no es cosa que me preocupe demasiado así que, por lo que cuesta, estoy encantado con el.