Las generalizaciones no son buenas. Cada grupo humano está lleno de tópicos pero, casi siempre, hay algo que sirve de base a los tópicos. Dentro del colectivo motero los tópicos son una especia de máxima, una idealización que está instalada en el imaginario colectivo.
Pero es que los moteros somos así, fieles muchas veces, a nuestros tópicos y reacios a abandonar nuestros mantras. La libertad, el viento en la cara, el compañerismo… tópicos. Pero, al menos, se nos suponen una serie de valores.
Los automovilistas, al ser un colectivo más heterogéneo que no usa su vehículo como medio de esparcimiento y ocio (o no siempre), no tienen la suerte de tener tópicos propios. Ni siquiera nosotros, los motoristas, los tenemos cuando nos convertimos en conductores.
Sería deseable que lo mejor de nuestra forma de ver la vida y la conducción, cuando vamos en moto, fuese imitada por todos los usuarios de la carretera.
Solidaridad compañerismo conocer gente
Si un motero ve a otro en apuros se para y le pregunta si necesita ayuda. Es como un código ético que no nos saltamos. Tenemos conciencia colectiva.
2. Anticiparse
En carretera circulamos con mil ojos, nos va la vida en ello. Señalizamos las maniobras, nos hacemos ver y vamos con toda la atención puesta en la tarea que estamos llevando a cabo: conducir.
3. Conducción defensiva
Siempre pensamos que los demás usuarios de la vía son unos absolutos inútiles que nos harán una pifia en cualquier momento. Vale, no siempre es así pero el tenerlo siempre presente te ayuda a preservar tu integridad física.
4. Amor por la máquina
Nuestra máquina forma parte de nosotros mismos. La cuidamos, la mimamos y siempre está en perfecto orden de marcha. Nunca nos verás con la luz fundida o el intermitente colgando. La moto siempre a punto y en perfecto orden de marcha. Por nuestra seguridad.
5. Disfrutar del viaje
El viaje no es ir del punto A al punto B. El viaje es disfrutar de cada curva, de cada recta, de cada parada. Aunque sea un viaje de trabajo, si es en moto, tiene una buena dosis de ocio.
6. Interés por la seguridad
La moto es un vehículo peligroso que tiende a caerse solo. Conscientes de ello nos preocupa todo lo que concierne a la seguridad, tanto pasiva como activa. La conducción, el casco, la ropa, las protecciones… Siempre atentos.
7. Cero alcohol
De todas las campañas que se hacen de control de alcoholemia, los moteros somos los que siempre nos libramos. Tenemos muy claro que el alcohol y la moto son incompatibles y es raro que un motorista de positivo en un control de alcoholemia. Las estadísticas están ahí para comprobarlo. El porcentaje es ínfimo.
8. Liberar estrés
Montar en moto te libera del estrés del día a día. Te olvidas del mundo metido en el interior de tu casco. ¿Es tan difícil transformarse en alguien mejor cuando vas en coche?
9. Terapia de pareja
Qué mejor terapia de pareja que compartir un viaje bien pegaditos. Es el poder de los abrazos.
Pues si.
Buen enfoque, la mayoría de las veces no lo vemos así, pero es como debería ser.