La mejor carretera del mundo
La carretera está bacheada pero dispone de un piso bastante aceptable. El truco consiste en ir esquivando las zonas más arrugadas y circular con calma. Calma. Es lo único que parece haber en este altiplano portugués, dominado por llanuras de la nada y pueblos en los que no se mueve ni una mosca. Casas de granito de rotunda presencia y bares anodinos con una exigua terraza que siempre luce el toldo rojo de “Cafés Delta”. No busco otra cosa. En realidad no busco nada en concreto, sólo hacer kilómetros sobre la moto y ver pasar el paisaje a ambos lados. Vuelvo a quedarme en estado catatónico mientras el mundo se desplaza a mi alrededor. Quietud. Melancólica quietud portuguesa y silencio quedo, roto tan sólo por el paso fugaz de la moto. Horadamos la tranquilidad provocando remolinos de aburrimiento. A la [...]