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Segundas partes en Albania

2024-05-12T17:50:01+01:00Viajes|

Hay un dicho muy popular que afirma que “segundas partes nunca fueron buenas”. Me imagino que quien lo acuñó se refería a hecho de ir buscando las mismas sensaciones que nos embargaron esa primera vez. Pero, en ocasiones, la segunda parte puede resultar mejor que la primera. Entre mi primer viaje a Albania y el segundo pasaron unos trece años y puedo deciros, sin lugar a dudas, que el segundo fue mejor que el primero. El primero, además de ser más novato en esto de los viajes, iba con dos personajes que, con el tiempo, demostraron ser bastante advenedizos. Vale más no entrar en detalles. En el segundo viajaba con Gelucho, amigo desde que el mundo es mundo y con el que ya había compartido carretera en muchas ocasiones. Al margen de esto, disfruté mucho de Albania y me quedé [...]

5. Postcomunismo y Macedonia de Frutas

2012-10-28T18:42:46+01:00Reflexiones|

  Son las ocho de la mañana. Hace rato que estoy despierto pero me resisto a abandonar el lecho y doy un par de vueltas más dentro del saco de dormir. Por la noche me levanté a mear. Mis pies descalzos avanzaban sobre la hierba mojada y fría. Mientras, un manto de estrellas cubría mi pequeño mundo. Di un respingo de emoción y respiré hondo el aroma de la noche. El silencio, profundo, solo se rompía por el sonido de mi respiración. Extendí los brazos y volví a sentirme afortunado por poder disfrutar de estos pequeños instantes de placer. Escucho a mis compañeros que comienzan a revolotear alrededor de las tiendas. Cremalleras que se abren, bolsas que crujen y carraspeos mañaneros que anuncian otra hermosa jornada de moto. Un pastor se acerca a charlar con nosotros movido por la curiosidad [...]

4. Carreteras Infectas y Deconstrucción

2012-10-28T18:41:52+01:00Reflexiones|

  Sólo han pasado dos horas y José Luis me saca de mi viaje onírico para decirme que desembarcaremos en pocos minutos, hemos llegado a Ingoumenitsa. Ahora son las tres de la mañana y estamos en Grecia, transitando en moto por un barrio desierto, sin saber muy bien qué hacer. Recalamos en un pequeño parque con tres bancos y nos echamos a dormir un rato. Los mosquitos no tardan en revolotear junto a mi oreja y comienzo a ponerme histérico. Me tapo con la lona de la tienda de campaña tan solo para descubrir que el remedio es aún peor puesto que ahora me muero de calor. Además los mosquitos consiguen colarse dentro y picarme en el cuello. Vuelvo a levantarme y me dedico a la exploración de los alrededores. A mi derecha, al fondo de la calle, una chica [...]

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