marruecos

Libro: Amazigh. En moto hasta el desierto

2016-06-27T20:42:25+01:00Miscelánea|

Dice Mario Montoro en el prólogo de este libro que “las palabras escritas necesitan del adorno pomposo y suntuoso que sólo les confiere una correcta edición y una trabajada puesta en escena”. No podría estar más de acuerdo. Un libro, sea de viajes o no, además de contar una historia, ha de estar correctamente editado. Es, a mi modo de ver, el formato mayúsculo, la expresión máxima de la literatura, muy por encima de archivos de texto, libros electrónicos, audiolibros y otros inventos de índole menor. Un libro es la cúspide de la pirámide de la tradición escrita. […]

1. Erotismo en Curva

2012-10-28T19:01:22+01:00Reflexiones|

  Grandas- Plasencia 570 km Ver mapa más grande Erotismo en Curva   Como no podía ser de otra manera, al final llegó el día de salir con destino a Mauritania de modo que, un viernes por la tarde, con agradable temperatura, me estaba encaminando hacia la N-VI, dando saltos entre los baches de la carretera de Fonsagrada. No había nervios, ni dudas, ni esa zozobra tan peculiar que se apodera de uno cuando parte hacia un destino un tanto incierto. A cambio, me inundaba una gran tranquilidad y, como me gusta decir tantas veces, la ruta “fluía” con parsimonia en aquella tarde primaveral.   No tardé en llegar a “mi curva”, esa sobre la que escribo en algunas ocasiones. Está en la carretera de Fonsagrada a Lugo y, desde hace mucho tiempo, me tiene hipnotizado. Ese día, con la moto cargada, no tenía [...]

14. Tangerine Dream

2012-10-26T18:23:49+01:00Reflexiones|

Cuando me levanté, a primera hora, mis intestinos aún seguían revueltos pero, para mi tranquilidad, lo peor parecía haber pasado. Al menos esa esperanza tenía a esa hora de la mañana… Contento por abandonar el tugurio que nos había servido de hogar esa noche inicié el día con ánimos renovados aún a pesar de lo precario de mi salud. Como cada día dedicamos un rato a la manutención de las motos, un engrase de cadena y una revisión a fondo de todo lo visible. En poco tiempo habíamos abandonado las caóticas calles de Meknes y rodábamos en dirección norte, camino de Tánger en lo que iba a ser nuestro último día en Marruecos. La carretera, con piso irregular y con tramos en mal estado, discurría por paisajes agradables. Jalonaban la vía gran cantidad de olivos, pitas, adelfas… entre curvas suaves [...]

13. Adiós al Glamour

2012-10-26T18:22:58+01:00Reflexiones|

Ver Marruecos. Etapa 13 en un mapa más grande A las cinco de la mañana, Mohamed, el camellero, me sacó de mi sueño con un presuroso “¡monsieur, monsieur!… le soleil”. Acurrucado entre las mugrientas mantas con olor a gatuno intenté prestar atención a sus palabras, pero los párpados volvían a caer ignorando donde estaba y a quien me hablaba. Él insistía en que debía levantarme, la salida del sol era casi un hecho y me la iba a perder. Arrastrando los pies por la duna más cercana, entre las sombras del amanecer, maldije la hora en que se me ocurrió ir a presenciar la salida del sol en el desierto. Al fin y al cabo este es un hecho cotidiano y ya sé lo que es ver salir el sol en sus variantes más surtidas: noche de copas, noche de incendios, noche [...]

12. Escuchando el Silencio

2012-10-26T18:22:10+01:00Reflexiones|

Se dormía poco y mal aquella noche en el albergue. Un calor insoportable se cernía sobre el desierto y el aire acondicionado era un aparato inservible que, puesto a toda potencia, no conseguía más que elevar un poco los decibelios de la habitación. Amparado por la oscuridad me levanté y salí sigiloso mientras Carlos, ajeno al calor y al ruido del acondicionador de aire, dormía a pierna suelta. Fuera, una ligera brisa atemperaba un poco el ambiente. Sentado en la escalera del albergue encendí uno de mis puritos árabes y aspiré una profunda bocanada. Tosí y, a un metro de distancia se oyé una especie de bufido cansino, un rezongue de alguien que intentaba conciliar el sueño al raso sobre una vieja colchoneta de espuma. Era Abdul que además de dormitar durante el día, dormía profundamente en la noche. A [...]

11. Gaita Retumbando

2012-10-26T18:21:22+01:00Reflexiones|

Dejamos el Albergue Des Roches por la mañana cuando el calor comienza a apretar. Continuamos el ascenso del valle después de pagar unos exiguos veinte euros por la cena, el alojamiento y el desayuno y después de despedirnos de nuestros anfitriones. Íbamos a subir hasta la cabecera del valle y, desde allí, cruzar por las pistas de montaña hasta la Garganta del Todra disfrutando de los áridos paisajes del Atlas. La carretera de subida difiere bastante de la que nos había traído hasta la Garganta y el albergue. El piso había empeorado bastante y en algunos lugares el asfalto había desaparecido completamente a causa de los torrentes del deshielo de primavera. La geología era impresionante, con pasos a media ladera que hacían que se helase la sangre con tan soloel imaginarse una simple salida de pista. A nuestra derecha, al fondo del precipicio, se [...]

10. Lo Rojo

2012-10-26T18:20:42+01:00Reflexiones|

  Marrakech - Garganta del Dades, 300 o 400 km.     Me despedí de Hassana con un emotivo abrazo. Estaba impresionado con el valor de esta chica, con su determinación y con su modo de enfrentarse a la vida. En absoluto es una historia única, ni la más dura, ni siquiera la más emotiva, pero me conmovió la forma en que me contó lo de los abusos a menores y ver como languidecían sus ojos al hablarme de la situación de los niños en su país. En unos instantes ya tenía la moto cargada y lista para comenzar un nuevo día de aventuras. Carlos, como siempre, aún estaba colocando las alforjas y distribuyendo el equipaje. Yo ya me había acostumbrado a esta tardanza. Al principio me resultaba molesto el hecho de que se levantase el último siendo el que [...]

9. Dos Pardillos en la Medina

2012-10-26T18:19:58+01:00Reflexiones|

La noche anterior, justo antes de irse a la cama, Molina me había dicho que se iba, que volvía a España y aprovecharía para realizar unas visitas por el Andalucía. No necesité preguntarle más para saber que se trataba de una cortesía que implicaba al sexo femenino. La verdad es que me entristeció un poco su partida porque en todo momento sentí que conectamos correctamente y que estábamos en una órbita muy parecida. Con Carlos no tenía esa sintonía tan clara, aún a pesar de llevarnos bastante bien en lo que iba de viaje. De modo que aquel domingo, cuando nos levantamos, Jose ya se había ido en dirección norte. Supusimos que volvería a parar en Kenitra para quedar con Zacariah para aprovechar sus últimos días en Marruecos. Después de desayunar copiosamente, con el omnipresente zumo de naranja incluido, Carlos [...]

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