Resulta bastante inusual que aparezca por estas páginas algún autor contemporáneo de renombre internacional. Más allá de Ted Simon, traducido a varios idiomas y leído fuera de los círculos de aficionados a la moto, poco más hay aquí. Hoy, para paliar esta falta de visión cosmopolita traigo a John Irving, uno de los autores actuales más aclamados en los EE.UU.
John Irving nació en Exeter, New Hampshire, en el Norte de los EE.UU. A los 21 años, en el año 1963, se trasladó a estudiar a Viena y allí concibió Libertad para los Osos, una novela alocada en la que un joven anarquista nos cuenta su historia. Las motos, lejos de ser un elemento secundario como en otras novelas, forman parte del hilo conductor en muchos momentos de la narración y nos trasladan a dos épocas conflictivas de Europa. Por una parte el final de la década de los 60, cuando Siggy y Graff se embarcan en un extraño viaje por Austria a lomos de una Royal Enfield de 700cc en busca de sexo y aventuras. Sus peripecias se ven truncadas después de un episodio ciertamente hilarante y ahí comienza una narración nueva que deja aparcado a Graff y nos traslada a la historia familiar de Siggy.
Buceamos en los orígenes de Siggy y en el ambiente de la Viena previa a la Segunda Guerra Mundial para desembarcar en otra serie de peripecias surealistas que nos llevarán hasta Yugoslavia. Irving, a la par que nos muestra al camaleónico padre de Siggy, nos instruye en las complicadas relaciones entre alemanes, serbios y croatas además de chetniks, ustashis y partisanos de variada nacionalidad. Esta es, para mi, la mejor parte del libro en la que se mezcla una N.S.U Grand Prix del 34 y varias BMW alemanas del batallón «Balcanes 4» de la Wehrmacht.
Paralelamente, transcurren las jornadas nocturnas de Siggy en el zoo con la idea de liberar a los osos de la tiranía del vigilante.
Esta es la primera novela de John Irving y aún quedaban lejos el Oscar al mejor guión (Las normas de la casa de la sidra) y los reconocimientos literarios, sin embargo el joven Irving ya daba muestras de tener una imaginación febril y desbordante difícil de contener. Tan difícil que, en ocasiones, la obra se pierde en requiebros de la trama que son bien prescindibles. El mayor error es, para mi gusto, haber desarrollado tanto la trama del zoo (que es precisamente la que le da título al libro) y no ahondar en la vertiente histórica de la Segunda Guerra Mundial con el padre de Siggy. como guía. Según el autor esta parte del libro la escribió para darle un poco de «distracción» a la obra y es, sin embargo, una fábula paralela en la que apetece sumergirse.
El ejemplar de mi estantería fue adquirido por seis euros en una de las «rebuscas» por la red. Si lo deseas puedes adquirirlo por menos de 10€ en cualquiera de las librerías asociadas a Iberlibro.
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