En cada uno de mis viajes en moto hay paranoia. En Escocia temía que el aceite volviera a salir por la sirga del velocímetro. En Génova tuve que cambiar el neumático después de sólo 1400 kilómetros de viaje. En Cabo Norte la cadena y el neumático me obsesionaron, no sin razón, durante gran parte de la ruta. En este de Turquía la rueda trasera.
No es algo que yo busque como un atractivo más del viaje, que va. Para eso ya tuve, hace años, un compañero de viaje que deseaba la aventura en forma de problemas mecánicos. Esto mío es algo que surge solo, sin la concurrencia de mi «yo» consciente.
Cada uno de los problemas tiene una explicación sencilla, tan sencilla que ni siquiera me voy a molestar en ponerla por escrito porque es probable que suene a disculpa.
Yo no sé lo que dura una rueda trasera, supongo que dependerá de los kilómetros que le hagas :-) No tengo ni idea. En algún momento lo supe, estoy casi seguro, pero ahora no. Cuando veo que está gastada pido una nueva, la cambio y sigo haciendo kilómetros.
Y con este razonamiento salgo de viaje. Miro la rueda, me parece que puede durar cinco o diez mil kilómetros más y me despreocupo. Pero claro, las preocupaciones vienen luego, cuando descubres que quizá no aguante tanto y que cambiar el neumático en Estambul, además de no ser tan sencillo como creías, es mucho más caro. Además tienes que adaptarte a lo que hay, nada de andar exigiendo marcas.
El caso es que una parte de viaje anduve pendiente del desgaste del neumático, con la obsesión constante de que no llegaría al final. ¿Por qué no coloqué una rueda nueva antes de salir? Ya la coloqué: la delantera. La trasera parecía tener el dibujo suficiente como para llegar al culo del mundo. De hecho, aún le queda dibujo para llegar a casa con solvencia. No obstante eso no es óbice para que estuviese mirándola todas las mañanas antes de iniciar la ruta del día. Al menos en esta ocasión me despreocupé de la cadena, que me la mandó Speed Motor de Barcelona unas semanas antes de salir.
A pesar de llevar muchos kilómetros en los últimos años no tengo mucha idea de motos y motores por eso siempre estoy dándole vueltas a lo mismo, que pueda fallar algo. No es que sea el fin del mundo si se produce un colapso en la moto, hoy en día no estás aislado en ninguna parte del mundo, por mucho que algunos moto-aventureros se empeñen en hacernos creer lo contrario. A cualquier sitio llegan las piezas y en cualquier lugar pueden hacerte una reparación de urgencia. Además llevo contratado un seguro de viaje con KmCero que me sacará de cualquier apuro, como ya me han demostrado antes. Pero no me gustaría pasar mis vacaciones varado en cualquier lugar de Turquía esperando la reparación de la moto; mi tiempo de asueto es limitado.
Mi vStrom ya tiene 130.000 kilómetros y ya no me fío tanto de ella como antes. Aún sigue con todo lo que trae de la fábrica, el mismo embrague, el mismo cambio… todo. Lo único que le he cambiado es el amortiguador trasero, más por sentido común que por notar alguna merma y los rodamientos, que se los cambié porque me parecía que ya tocaba. También la leva del embrague, que se cansó de hacer lo mismo tantas veces y dijo basta.
Yo mismo le hago los mantenimientos, los cambios de aceite, de filtros, el cambio de neumáticos… Incluso he construido, junto con el chapista, una máquina de equilibrado. Y creo que todo en la moto está correcto pero como no tengo grandes conocimientos sobre el tema siempre ando sospechando.
A veces, hablando con «gente de las motos», me dejan maravillado de todo lo que saben y de la cantidad de conceptos que manejan. Que si lo desmodrónico, que si el SACS, que si paralever, telelever o paralelogramos… Yo que sé. A mi, para ser sincero, me extraña que sepan tanto como dejan ver.
Volviendo al tema que abría esta entrada del blog he de decir que no me agrada estar varios días pendiente de la mecánica o la parte ciclo de la moto. Al final llega a convertirse en una obsesión. Esa incertidumbre de si va a aguantar o no, de si va a fallar algo, además de ser insana creo que refleja algún tipo de complejo o alguna inseguridad, aunque… Eso ya lo sabía. O no? no estoy seguro.
No intentes justificarte, tú sabes que adoleces totalmente de previsión…como yo ;-)
No, no intento justificarme… intento explicarlo :-D
ese pepito grillo que todos llevamos dentro jejjejejejejje
un abrazo
hola. soy motero y ademas psiquiatra…..con gusto te podría sugerir ….visitar un colega mío….te ayudara a caminar en la vida sin peso y sin lastre…..tu muestra obsesiva es ni mas ni menos que un acompañante incomodo para la vida…. . Salud. y exploraras el vuelo de un pájaro como algo tuyo. invierte en ti.. guillermo pruneda mexico.
Gracias Guillermo. Realmente… me ves mal?
Roberto. Digocho eu. Volviste nuevo rico y supongo que mas que por los trescientos euros…se debe a un viaje enriquecedor y respecto a lo de tu equilibrio…
¿De verdad crees que los que os dedicáis a hacer este tipo de viajes hay uno solo de vosotros que esté bien? Pues yo digo que depende mas de la visión de individuo supuesto equilibrado que os ponga en entredicho. Sin ir mas lejos hoy la gente se amontonaba frente a la TV viendo a España en el mundial mientras yo leo tus reflexiones. Pues para la mayor parte de la gente soy un loco insociable.
Para mi sois de admirar y considero que requiere mucho equilibrio ver el mundo como se merece.
Vaya acabo de recordar que hoy olvide tomar la pastilluca. Jajaja
Un leñero como tú tomando pastillucas… lo que hay que oír :-D
Estimados amigos del mismo camino(moteros)… sin. duda es estimulante que inicie os una comunicacion que tiene como fundamento el acercarnos cada uno de nosotros con lo que traemos……me gusta tu opinion absolutamente cierta….todos ,si todos paseamos con nosotros mismos y con nuestra historia y sueños….con facilidad o dificultad….no importa el simple viaje ya es una apuesta a conocer,descubrir,moverse, retar,romper, e.t.c. Valido siempre…pero si al querer movernos venimos cargando una lapida muy pesada….sin duda …la misma travesia sin la lapida nos permitiria ir descubriendo mas y mas cosas en el camino… . Un muy buen amigo Motero Balam. de Mexico…en una travesia a la patagonia…ejemplifico su viaje diciendo que desde el mismo dia de partida habia atorado un punto de su piel, tal como si fuera el estabre de su swueter…..iria km a km soltando esa membrana hasta quedarse desnudo y asi descubrirse nuevo y libre.. asi fue su viaje y sugiero busquen su cronica de viaje a la patagonia. Balan Ibarra. les mando un fuerte abrazo y Salud. guillermo pruneda padilla.
El portar pesos, cargas personales no creo que sea evitable: todos tenemos nuestra cruz y con ella cargamos. Ahora bien, si como consecuencia de ello nos adentramos en lo patológico es donde surge el problema. Quiero decir que la cuestión es conocerse a uno mismo, conocer el peso con el que cargas y, si es demasido grande, tomar medidas.