Básicamente es una serie documental reality real life, esperemos que de pocos capítulos, en la que un grupo de moteros sigue a un gilipollas que atiende al nombre de Tommy Baker.
Decir que sentí vergüenza ajena es quedarme muy corto.
El tal Tommy es un caradura embaucador y egocéntrico que me recuerda, incluso físicamente, a otro motero que conozco.
Detrás lleva a un grupo en el que hay un granjero, un albañil, un inspector de minas y gente que parecería normal un lunes por la mañana.
Entre todos forman un grupo patético que se toman en serio formar un motor club, con sus colores y todo eso.
Que la cosa no estaría mal si no fuese porque me recuerdan a los amiguetes de Cerdos Salvajes, es decir, un grupo de tontainas que quieren parecer malos malotes porque les pegaban en la escuela.
Hombres de mediana edad, hechos y derechos, jugando a intentar parecer alguien.
Cuando terminé de ver la película me quedé un rato pensando si lo que acaba de ver era real o una especie de broma de mal gusto.
Está disponible en unas cuantas plataformas de vídeo, Amazon Prime, Movistar, Apple TV… Y todas de pago con lo que la broma es aún más risible.
Del mismo producto está el documental, o docudrama o docureality o lo que sea Rodando con Hells Angels: Prison Run, que no pienso ver estos días.
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