El Arcángel (Missionary Man)
2007
USA
Director: Dolph Lundgren
Reparto: Dolph Lundgren, Matthew Tompkins, John Cann, James Chalke, Jonny Cruz, John Enos III
Guión: Dolph Lundgren, Frank Valdez
Fotografía Xiaobing Rao
Música: Elia Cmiral
Cuando Ryder (Lundgren), un misterioso forastero, aparece de repente en un pequeño pueblo, la vida de sus habitantes, que viven sometidos al yugo del cacique local, cambia para siempre. Armado con su biblia, su motocicleta y su sed de venganza, Ryder hace frente al dictador al más puro estilo policial, demostrando que la justicia aún pega fuerte. (FILMAFFINITY)
Con estas palabras nos desgranan en Filmaffinity un guión que, tal y como promete la sinopsis, no deja de ser la basura que te esperas. Con estética y modos del cine de acción de los años ochenta parece mentira que esta película se haya hecho en el año 2007. Quizá que Doph Lundgren pretendía dar los últimos coletazos como actor y se ha ceñido a las formas del cine de mamporros de su juventud. La verdad es que al verlo repartiendo leches se nos viene a la cabeza cómo le puso la cara al tontaina de Rocky metiéndose en la piel de Ivan Drago. Es de agradecer que él mismo haya dirigido la película porque así recae sobre la misma persona la responsabilidad de haber perpetrado semejante truño.
Los malos son malos y tontos, además de moteros. Los buenos son «indiesitos» de una reserva oprimidos por el cacique local y por la pérfida raza blanca. El héroe, cachas e inexpresivo hasta la risión, agrupa todos los tics de género y acaba resultando un poco patético.
Si nos vamos al detalle llaman la atención las Harley-Davidson preparadas con accesorios de Arlen Ness y brillantes a más no poder, en claro contraste con la mugrosidad que caracteriza a los «malos malotes» sobre motocicletas. O cómo un pueblo próspero y majo cambia de aspecto en la batalla final para convertirse en una especie de barrio-vertedero del extrarradio. También llama la atención el sonido constante del viento, aunque no se mueva ni una hoja. Se ve que a Dolph le pareció muy épico incluir ese efecto especial en cada escena de exteriores.
Y hablando de banda sonora, la música que acompaña a esta obra resulta pesada y machacona, como muy de cine de los ochenta, lenta y renqueante. Como lenta y pesada es la película hasta la mitad del metraje. Es una suerte que el visionado en Pordede se me haya cortado cuando faltaban dos o tres minutos para terminar. Me he quedado con mal sabor de boca por no ver los abrazos y las despedidas pero lo cierto es que ya estaba en el límite del sopor.
En general recuerda a un spaghetti western de lo más típico, con su cacique, sus malos, su héroe, la chica, los niños… Todo muy soseras y poco original.
Nota: Acabo de leer que es una adaptación moderna de «Jinete pálido» de Clint Eastwood. Pues bien, si lo que quería era joder el guión y la historia original con cuatro duros lo ha conseguido.
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