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De vez en cuando aparece por ahí la típica lista de las cosas que hay que llevar para un viaje en moto. Recomendaciones sobre los adminículos a portar en unas vacaciones de tres o cuatro semanas. Cuando empecé a viajar también era muy aficionado a confeccionar listas, a elaborar interminables hojas de cálculo con varias secciones en las que iba anotando todo aquello que iba a necesitar durante mi viaje de «aventuras». Dividía las necesidades de equipo en varios bloques y así me encontraba con el apartado de mecánica, con el de camping, avituallamiento, ropa de moto, ropa de calle y algunos más, procurando que no quedase nada al azar. Y solía salir con el pack completo.

Luego, con los años, me fui dando cuenta de que más de la mitad de las cosas que llevaba no eran necesarias y que iba cargando con un sinfín de trastos que para lo único que servían era para ocupar sitio en las maletas. En ocasiones llegué a sentirme ridículo por contar en el equipaje con cosas como el reenvío del velocímetro, una palanca de freno, unos prismáticos de 600€ o dos cámaras de repuesto. Esto para un viaje por Europa, nada de exóticos destinos en el culo del mundo.

Ahora, con más kilómetros y, casi me atrevo a decir con más experiencia, mi equipaje es mucho más frugal. Me he dado cuenta de que puedes conseguir cualquier cosa en cualquier sitio y, en contra de lo que yo pensaba, sin arruinarte. Aquí he de hacer un inciso y mencionar que en países como Noruega hay cosas que te pueden trastocar el presupuesto del viaje, como por ejemplo cambiar un neumático en Tromso y pagarlo como si llevase incrustaciones de platino y oro. En cualquier país habrá repuestos para tu moto, material de camping y, en general, cualquier cosa que necesites para sobrevivir con más o menos dignidad.

Cierto es que mis viajes son cada vez más espartanos y que no necesito de gran infraestructura. De llevar un ordenador portátil, con su cargador, conversor, cable y disco duro externo, pasé a la tableta, un iPad de segunda generación, y de ahí al smartphone con teclado externo como toda concesión al mundo informático. El móvil me sirve tanto para conectarme a internet, como para videoconferenciar con la familia o para usarlo como navegador GPS. Del maremagnum de cables, cargadores, baterías y cacharros con puerto USB he pasado a la nada mas absoluta lo cual me aporta una sensación liberadora. Minimalismo.

En asunto de camping la cosa se reduce a tres objetos básicos, a saber: tienda de campaña, saco de dormir y colchoneta auto-hinchable. Se complementa con una linterna de led y así finaliza la impedimenta de campamento. ¿Necesito una banqueta plegable, una mesilla auxiliar o un porta rollos para el papel higiénico? La respuesta es rotundamente no. Y lo mismo sirve para el apartado mecánico, los mapas o cualquier otra cosa: moderación.

Con la ropa «de calle», siendo yo un tipo elegante y lleno de vanidad como «Ramón el Vanidoso«, al principio llevaba mis galas más exquisitas: vaqueros de corte moderno, camisetas con mensaje pinturero y sombrero de aventuras pero, conforme fui adquiriendo experiencia en esto de los viajes, fueron quedando en casa las galas de figurín y me quedé con lo imprescindible. Por supuesto, el sombrero de aventuras figura entre las prendas imprescindibles casi al mismo nivel que los calcetines de calaveras; hay cosas de que las que un overlandete no puede prescindir. Bueno, llevo algo de ropa de calle, pero siempre vuelvo con alguna que no he usado, aún estoy depurando el sistema. Por cierto, nada de llevar ropa vieja para ir deshaciéndome de ella por el camino: un turislander que se precie puede ir sucio o desaliñado pero no con ropa de tirar.

El fabuloso sombrero de aventuras

El fabuloso sombrero de aventuras

De herramienta ando también escaso porque sólo llevo la que venía con la moto y alguna Allen de esas del» todo a cien». ¿Para qué llevar más? ¿Acaso voy a ponerme a desarmar media moto en los Cárpatos? Pues seguro que no, primero porque no sabría hacer más que cosas básicas y segundo, porque para eso pago una asistencia de viaje extra que, espero, me sacará de cualquier atolladero.

Llevo siempre, sin embargo, un camping gas y comida porque no hay mayor placer que, después de montar el campamento, prepararse una buena sopa, un arroz o cualquier otra cosa que alimente cuerpo y alma.

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Creo que antes de empezar a empaquetar chismes sobre la moto hay que preguntarse cuántas veces se va a usar cada uno de esos objetos. Si la respuesta es una o dos veces seguro que merece la pena preguntarse si es necesario cargar con ello.

¿Qué es lo único imprescindible para un viaje en moto?

Justo lo que estás pensando: La moto y dinero para gasolina.

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