Las motocicletas eléctricas están en auge. Desde pequeños scooters hasta motos de campo, silenciosas y respetuosas con el medio ambiente. De momento siguen costando una pasta y hacer que se muevan sigue dependiendo de la especulación de las grandes corporaciones energéticas. Es decir, que las motos son eléctricas y la electricidad está en manos de los mismos de siempre.
Para producir esa energía se siguen usando sistemas contaminantes como norma general. Por ejemplo, en la OCDE el 21% de la energía que se consume es de origen nuclear. Esto quiere decir que, cuando recarguemos nuestra moto eléctrica, también estaremos contribuyendo a quemar carbón y emitir azufre y dióxido de carbono a la atmósfera además de generar residuos radiactivos. Pero no es esto de lo que quiero hablar, que el ser humano, como cualquier especie, está destinado a extinguirse y no es plan el querer prolongarse de forma eterna.
Los vehículos eléctricos plantean un problema de seguridad que, hasta que lo vi en la tele, ni se me había pasado por la cabeza. Como los motores eléctricos son tan silenciosos ya hay quien dice que los vehículos impulsados de tal modo son peligrosos para los peatones porque no se les oye venir. ¿Qué se les ha ocurrido a los fabricantes? Pues que hagan ruido. Pero como el motor es el que es y los sonidos mecánicos están ausentes en gran medida no van a introducir rozamientos y explosiones donde no se puede así que el sonido es grabado. Sólo hay que disponer de un archivo mp3, unos altavoces y a espantar viejecitas en los semáforos.
Ahora que Harley Davidson también se ha metido a fabricar motos eléctricas ya me estoy imaginando a los harlistas más recalcitrantes buscando el sonido más auténtico para su Harley. Si antes había que vaciar los escapes o meterles un tubo con agujeros… ¿qué haremos a partir de la generalización de los motores eléctricos?
Hace años que se comercializan CD´s con el sonido de los motores de Milwaukee así que se podrá extraer el archivo, insertarlo en el alma de nuestra moto eléctrica y salir a rodar por el mundo en plan ridetolive total. O grabar sonidos del campo, de pajarillos y nínfulas revoloteantes para que nuestro paso por los semáforos sea un ejemplo de armonía. O ir al zoo y grabar rugidos, croares y el barritar de Dumbo.
Seguro que a ustedes, queridos lectores, se les ocurren mil y un sonidos con los que animar su moto eléctrica para no pasar desapercibidos. Yo, por si acaso, ya estoy grabando los escapes de BMW´s para una posible futura comercialización. Allá ustedes.
Me flipa que este artículo sea de 2014 y parece que fue ayer cuando empezamos a hablar de motos eléctricas :O