Para la mayoría de nosotros, la moto es un vehículo de ocio, una diversión, una forma de pasarlo bien. Hay quien lo lleva más allá y hace de todo esto una filosofía de vida. No me refiero a gente que, como yo, está todo el día con la moto en la cabeza, pensando en viajes, en el nuevo modelo de tal o cual marca o que cada vez que oyen el motor de una moto son capaces de adivinar la marca. Más bien estaba pensando, con esto de la filosofía de vida, en esas personas que viven por y para el club o en los que no tienen vida más allá de las dos ruedas.
Que está muy bien esa opción también, pero no es el caso de la mayoría de nosotros. Conozco a uno que, ya antes de la irrupción de las redes sociales en nuestras vidas, tenía un altar en su casa dedicado a sus viajes. Incluso antes de internet, lo cual ya es raro.
Imaginaos, una habitación entera dedicada a tus viajes por el mundo. Una especie de museo dedicado a ti mismo y hecho por ti en tu propia casa.
Incluso conozco a otro, ahora que lo pienso, que tiene, o tenía su casa dedicada a las concentraciones de motos. Parches, medallas, fotos, trofeos…
Como curiosidad está bien, pero no sé si me apetecería mucho quedarme en una de estas casas…
Pues eso, que aquí no somos tan serios como para dedicarnos en exclusiva a pensar en una sola cosa, ni somos fanáticos de una marca, ni de un modelo. O, por lo menos, no somos tan fanáticos como para iniciar una discusión por defender a ninguna empresa.
Pero los hay que sí, eh, mucha más gente de la que pensamos. Mirad, si no, los jaleos que se montan entre los de las BMW y los de KTM. En realidad entre los de las BMW y los de cualquier otra marca. Como te metas con BMW en según qué lugares no tardan en salir unos cuantos talibanes para ponerte a parir.
Esto siempre suele pasar con máquinas caras, no es exclusivo de las motos BMW. Solo hay que pensar, por ejemplo, en los fanboys de Mac. Si te metes con los Mac diciendo, por ejemplo, que son demasiado caros, enseguida vas a tener a alguien cantándote las excelencias de este ordenador: Que si es caro pero dura más, que si no tiene averías, que si el precio de venta de segunda mano es mucho mayor que el de un PC…
El argumentario es casi siempre el mismo, con algunas variaciones porque estamos hablando de aparatos muy distintos, pero en lo básico de su defensa, los acérrimos utilizan casi las mismas armas.
A veces pasa que quien se compra una BMW o un Mac tiene que hacer un desembolso importante para su economía y necesita autoconvencerse y convencer a los demás de que ha sido una buena compra, de que no ha tirado su dinero. Al fin y al cabo a nadie le gusta parecer tonto, ni con los demás ni consigo mismo.
Ojo, que os veo venir: no estoy diciendo que sean buenas máquinas o que sean malas, en eso no entro. Yo mismo tengo una BMW y un montón de chismes de Apple. Y si no me parecieran cosas de calidad no me los compraría. Pero también me he visto justificando la tremenda inversión conmigo mismo y con los demás para no parecer tonto.
Procuro, cuando me pasa eso, pensar en que cada uno gasta su dinero como le viene en gana y que no hay que darle demasiadas vueltas. Si estás contento con tu máquina y te da lo que tú quieres o lo que necesitas, no hay nada que justificar. No es necesario defender a capa y espada esta máquina o aquella porque, al final, resulta bastante ridículo.
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