La sensación de que las a las chicas les atraen los “malos-malotes” es algo más que una mera percepción divagante; realmente hay un alto porcentaje de mujeres a las que les gustan los “chicos malos”. No me estoy refiriendo a llevar las cosas al extremo, como la hibristofilia o la atracción irremediable por delincuentes. Estoy hablando de algo mucho más sutil y más entroncado, no sólo con la psique femenina, sino también con los clichés culturales de los últimos cincuenta años.
La imagen de Marlon Brando en la película “El Salvaje”, un delincuente juvenil en toda regla, ha cautivado a millones de mujeres hasta el punto de convertirse en todo un icono sexual.
El cine nos ha mostrado, a través de los años, la imagen del motorista violento, rudo, machista y que, sin embargo, resulta un imán para ciertas chicas.
Pero, ¿qué es lo que tienen estos antihéroes que los hace tan atractivos para el sexo femenino? ¿Por qué una mujer habría de enamorarse de un protodelincuente, de uno de “los malos”?
Ha habido estudios, más o menos serios, que vinculan esa atracción a la necesidad atávica que tienen las hembras de cualquier especie de buscar un macho con buenos genes y que sea capaz de asegurar la pervivencia de su prole. Desde este punto de vista, un motorista de instintos primarios, violento y dominante, puede ser el tipo de hombre ideal para cumplir con el rol de garante de la progenie. Al menos desde el punto de vista más primitivo.
Podríamos argumentar que esto es muy discutible y que es más efectiva la inteligencia y la astucia a la hora de que la camada tenga éxito reproductivo que la simple fuerza bruta o la dominación sobre la manada pero, sea como fuere, no se puede negar que muchas mujeres adoran el atractivo del hombre primigenio y el sex-appeal del macho alfa. Son varias las claves de estos superhombres a medio camino entre depredador y padre perfecto.
Este tipo de hombres están seguros de sí mismos, avanzan pisando fuerte sin importarles mucho el resto de sus congéneres. Esto, a los ojos de hombres y mujeres, siempre es visto como una garantía de éxito.
Emocionalmente, son mucho más estables que el resto y son más resistentes por eso están dotados. de un atractivo especial.
Uno de estos machos a lomos de su motocicleta siempre procura parecer impasible, sin aspavientos inútiles, manteniendo aparente calma. Serenidad y mirada de depredador que lo hace irremediablemente sexy.
Por lo general, un “malote” de las motos siempre estará cerca del alcohol, lo que es un buen indicador para saber si puede haber sexo en la primera cita.
Según la neuropsicóloga Louann Brizendine, autora de “La mente masculina” y “La mente femenina”, mientras menos sonríe un hombre, más desean las mujeres estar con él. “Nuestras mentes están preparadas para responder a los gestos de los demás y cuando vemos una reacción positiva, la hormona de la felicidad (dopamina) se relaja. Pero cuando no recibimos eso, la dopamina explosiona y crea tensión, por lo que nos esforzamos más para conseguir sentirnos bien. Cuando finalmente logras sacarle una sonrisa al “niño malo”, te sientes diez veces mejor que si él te hubiera sonreído de inmediato”
Este tipo de hombres son emocionantes y lo emocionante, irremediablemente, atrae. A ciertas mujeres les atrae el riesgo, al menos en el imaginario aventurero del primer vistazo. Aunque lo que resulta válido para un encuentro sexual o la embriagadora sensación de la primera cita pueda no resultar adecuado para toda la vida.
Parece ser que el halo de misterio que rodea a un motero «out-law» unido a su falta de interés por otra cosa que no sean sus asuntos, despierta también cierto atractivo en algunas mujeres y forma parte del éxito como macho.
La forma de vestir, de andar, de moverse y esa actitud chulesca remarcan la masculinidad y, en vista del éxito de ciertos estereotipos, no sólo dentro del ámbito de las motos sino en cualquier aspecto de la vida, resulta un poderoso imán.
Si a esto unimos ciertas proporciones como la altura (un hombre de 1,70 m de altura necesita ganar más del doble que uno de 1,80 m. para tener el mismo éxito con las mujeres), torso bien formado y músculos adecuados, tenemos el cóctel perfecto para romper corazones a lomos de una motocicleta. Me atrevería a decir que sin ella también.
Ohhh meu Deus!!!!!
Para cuando el calendario de malotes ilustres????:-):-)
O Silvino e máis eu saímos na portada :-D
Se é asi empapelo o tipi !!!:-):-)
Jejeje…. cuando abandonaste el custom, dejaste de ser malote…por eso hay ke tener dos motos!
Ojo, que no es una cuestión de modelo de moto sino de actitud. Y, aunque cada vez menos, yo soy malo malote de libro :-D
Cuanto fotochop y maquillaje en la ultima foto, musculos los que tengo yo de levantar la moto a pulso para que no se manche en los charcos :-)
jajajaja… qué mala es la envídia! Esa foto me la sacaron el año pasado en un concurso de imitadores de Sons of Anarchy. Lo único falso que se me ve el la perilla. Y la sonrisa.
Si igualico :-D
[…] puestos callejeros de mercadillo. Su protagonista, un guapo guapote que ya ha salido alguna vez en estas páginas, viste a la última moda motera. Camisa de cuadros, chaleco de cuero para portar los títulos o […]