El Mundo se Para
Metz es un lugar bonito para visitar y para tomar unas copas, desde luego. El río Mosel, un afluente del Rin, atraviesa la ciudad domesticado en forma de canales e islas, discurriendo plácidamente por el centro de la villa y dándole un aire tan... francés. Una de las iglesias, el templo de Garnison, destaca sobremanera en la Belle Isle, con su torre neogótica elevándose al cielo y llamando la atención, flanqueada de puentes adoquinados y rincones, como se dice ahora, “con encanto”. No soy yo mucho de monumentos, ni de visitas culturales, ni de museos, ni de otra cosa que no sea hacer kilómetros y kilómetros sin otro cometido que el viaje en si mismo. Sin embargo tengo cierta querencia por catedrales y edificios antiguos, por el medievo, por casas abandonas y fábricas en ruinas. Los primeros por la labor [...]