Reflexiones

Para siempre

2014-04-29T01:15:59+01:00Reflexiones|

Llegué a Postojna cubierto de polvo y cansado. Posé el pié el el suelo y di un ligero acelerón en vacío.  La moto rugió con estrépito quedo. A veces es sólo un acto de rebeldía caduca, la rémora del chico malo que nunca fui, el recuerdo de lo que no existió. Todos deberíamos tener el recuerdo de lo que no fuimos, una ligera noción de lo que creíamos ser y que, con el tiempo, descubrimos que no éramos. Todos deberíamos extrañar la vida que no tuvimos, supongo que sólo de ese modo la habremos vivido. Un acelerón en vacío. A unos metros la vi. No tendría más de trece o catorce años. Nariz chata y grandes ojos brillantes de lágrimas. Lágrimas que se habían secado en sus mejillas y mirada perdida en ninguna parte, en uno de esos lugares donde los [...]

En moto a los Infiernos VIII

2013-07-25T17:51:42+01:00Reflexiones|

  Al sonar el timbre Mario levantó la mirada y vio a Déborah asomada en la ventana. Llevaba puesta una camiseta de tirantes ajustada y, por primera vez, reparó en que tenía un cuerpo hermoso. Al darse media vuelta para abrir la puerta, sonreía. No la había visto sonreír hasta entonces. Su cara estaba iluminada como si tras aquella ventana no hubiese una desvencijada calle llena de mierda sino un mirador hacia algún lugar lejano y hermoso. Poco a poco la sonrisa se desvaneció y volvió el gesto frío y adusto que la había acompañado desde que el día anterior le había ofrecido su hospitalidad. […]

En Moto a los Infiernos VII

2013-07-22T21:59:36+01:00Reflexiones|

Ya llevaba varias semanas sin hablar con nadie. Al menos sin tener una conversación que fuese más allá de un “lleno, por favor” en las gasolineras y Mario tampoco tenía muchas ganas de charlar con aquella prostituta. No era sólo que no se fiase ni un pelo de ella, era que, con el tiempo, su interés por intercambiar pareceres con los demás había ido disminuyendo de forma notable. Estaba muy agradecido de que lo hubiese acogido en su casa cuando no se sentía con ánimos ni para respirar pero no sentía ninguna necesidad de intimar con aquella chica rubia de aspecto eslavo. […]

En Moto a los Infiernos VI

2013-07-16T18:48:01+01:00Reflexiones|

Los neumáticos del BMW chirriaron al entrar en Los Invernaderos dejando una nube de polvo marrón tras de si y bolsas de plástico que revoloteaban antes de posarse en los matorrales. Luego aminoró la marcha y recorrió varias calles del mar de plástico con pausa.   […]

En Moto a los Infiernos V

2013-07-16T09:09:27+01:00Reflexiones|

Merche llevaba mucho tiempo dándole vueltas a lo mismo: allí no pintaba nada. Ahora que Mario se había ido ya no tenía nada que hacer, sólo ocupar sitio. Su vida transcurría entre ansiolíticos, Xanax y Diazepam. Si, a lo largo del día, tenía algún momento de claridad mental era para recordar su yo pasado, ese que ya no volvería jamás. Así que reunió todas las pastillas que tenía, las colocó sobre la mesa de la cocina y las miró durante un rato. Poco a poco, las fue empujando a su garganta y, cuando quiso darse cuenta, se había zampado tres o cuatro cajas. […]

En Moto hacia los Infiernos IV

2013-07-15T21:10:31+01:00Reflexiones|

Sintió un chorro de agua fría en la cara. Al abrir los ojos la luz del sol le cegaba la vista y alguien volvió a mojarle la cara. Allí estaba Merche, a su lado, diciéndole que se despertara, que abriese los ojos, que se iba a morir de insolación allí, tirado al sol. Y Mario obedeció y abrió los ojos. Al instante Merche desapareció y quien ocupó su lugar fue una chica que no había visto en la vida. Había llegado la hora de quedar tarumba.   […]

En Moto Hacia los Infiernos III

2013-07-15T17:14:24+01:00Reflexiones|

La carretera era una mierda. A cada lado los matorrales, cubiertos de polvo, eran como una percha para bolsas de plástico, igual de despreciables. Antes solía pensar mucho en las bolsas de plástico y en la isla que se había formado en no sé qué mar a base de residuos flotantes. Que asco, por dios! ¿Cómo el ser humano era capaz de emponzoñar todo lo que tocaba? […]

En moto a los Infiernos II.

2013-07-09T12:13:06+01:00Reflexiones|

  ¿Y ahora qué?- Se preguntaba Mario-  Ahora nada. Ahora la soledad y el destierro, el vagar sin rumbo sobre la moto. Qué paradoja de mierda. Él, que toda la vida había querido hacer un viaje sin fin ahora estaba inmerso en uno. Pero claro, las cosas son de otra forma cuando sólo te limitas a imaginarlas. Cuando se convierten en realidad y pasan a ser algo palpable ya no se parecen tanto a lo que habíamos soñado. Pues eso, menuda mierda. […]

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