Reflexiones

En Moto a los Infiernos

2013-07-08T11:46:47+01:00Reflexiones|

Mario, desde crío había tenido una gran afición por las motos. Con catorce o quince años ya tenía su pequeño ciclomotor al que hacía mil y una perrerías. Que si trucar el motor, que si cambiar el escape… No era tanto la necesidad de que corriese más, que también, como el placer que le producía descubrir los insondables misterios de un motor de combustión interna. Siempre con las manos engrasadas y con su ropa oliendo a gasolina y aceite. Luego llegaron la madurez, las novias y los viajes en moto. Siempre su vida girando en torno a la moto. […]

Mónica me deja para Siempre

2013-03-03T22:43:01+01:00Reflexiones|

Otra vez sobre la moto con setecientos y pico kilómetros por delante y la sensación certera de que le viaje se ha terminado. Son las ocho de la mañana. Apenas si quedan cuatro cosas que solucionar en Pamplona y, a la hora de la merienda, estaré en casa tomando un café. Cómo se ha liado todo. Parece que llevo media vida fuera y, sin embargo, cuantas cosas buenas han pasado. Las playas de Normandía y las copas de Innsbruck son algo que pertenece a un pasado que ahora se me antoja muy lejano, casi diluido en una nebulosa tan espesa como la niebla de ayer. Los recuerdos se amontonan pero son algo tan poco tangible... Nada hay como el momento presente, como el instante preciso e intenso en el que las cosas suceden. El resto es pura invención, un ejercicio [...]

Au Revoire la France

2013-03-03T22:42:09+01:00Reflexiones|

Después de haber tomado un frugal y anodino desayuno en el área de servicio me incorporo de nuevo a la autopista. En la incorporación la cadena ha vuelto a dar muestras de agotamiento, emitiendo unos gemidos que me ponen los pelos de punta. Sigo pensando que es imposible que esté en mal estado, ¿cuántos kilómetros llevo con este kit? ¿17.000? Recuerdo haber insistido en el  taller en que colocasen buen material. Con la Teneré ya tuve que cambiar la cadena a mitad del viaje por colocar lo más barato y juré que no me volvería a pasar. Estoy circulando a 150 km/h en un caudaloso río de camiones entre los que me siento como un barco de papel. Cada rebufo, cada adelantamiento es una tarea molesta y pesada. Adelanto convoyes con las más variadas mercancías una y otra vez y [...]

Cabo Norte 2012. Parte 1

2013-02-19T22:13:49+01:00Reflexiones|

Llevaba tiempo con el viaje en la mente. Hacía días que mis pensamientos volaban, a la par que mis ojos, sobre cualquier mapa, sopesando destinos y trazando líneas imaginarias. Me veía rodeando el Mar Negro, costeando por ciudades míticas y llenas de historia, pilotando, solitario, por las carreteras de Georgia y bregando con las recias autoridades de frontera. A la semana siguiente el viaje había tomado una deriva insospechada y, sin apenas darme cuenta, en mi imaginación rodaba azorado entre las curvas húmedas de Bielorrusia en una tarde de lluvia fina y persistente. Transnistria, el país que no existe, Rumanía, Eslovaquia... todo parecían estar a tiro de piedra, todos tan cerca y todos llamándome a voces. Mi ansias de subir a la moto y rodar a cualquier parte se acrecentaban con el paso de los días y hacían buena la [...]

Todos los Alpes

2013-01-21T22:46:23+01:00Reflexiones|

Dedico un buen rato a repasar todos los rincones de la habitación para no olvidar nada. Me molesta mucho olvidarme cosas en los hoteles. A veces no es tanto por la pérdida en si misma como por dejar un trozo de intimidad tirada en cualquier parte. Una última ojeada en el baño y un último vistazo a la terraza donde, definitivamente, me despido del campanario que me acompañó cada mañana. No echaré de menos su sonido pero sí la vista que me regalaba al levantarme. Son las siete y media y estoy sentado sobre la moto con el traje de aguas puesto. Arranco y escucho durante unos instantes el suave ronroneo del motor. Dejo que se caliente y cierro los ojos henchido de felicidad. Intento retener esta sensación para siempre. Los guantes gruesos sobre mis manos, el sentir el asiento [...]

Despedida y Cierre

2013-01-21T22:28:40+01:00Reflexiones|

Las cervezas de ayer han causado estragos en mi organismo de modo que esta mañana vuelvo a encontrarme correteando hacia el baño cada dos por tres. Mientras observo con la mirada perdida la pared alicatada me digo a mi mismo que algún día tengo que aprender a controlarme porque los efectos secundarios son muy indeseables. De nuevo en el hospital a Gelucho acaban de decirle que están preparando todo para enviarlo a casa mañana. Está exultante. Su mejora hoy se hace más evidente que nunca. Además no será necesario que viaje en camilla, podrá ir sentado lo cual facilita mucho todo el asunto del traslado. Aún le cuesta mucho trabajo moverse y sus paseos por el pasilllo son lentos y pesados. Arrastra los pies tristemente de un lado a otro y sus energías yacen desparramadas en la carretera de Pratto [...]

Tarde de Chill Out

2013-01-21T22:19:04+01:00Reflexiones|

A las siete de la mañana las campanas de la iglesia vuelven a despertarme sobresaltado. En esta ocasión despachan con cinco minutos de compromiso pero son suficientes para que me desplace por la moqueta maldiciendo a la cristiandad. He comprado unos quesos típicos para que se lleve a España. En el hospital se lo llevan para la radiografía diaria. Le van a freir los sesos. Está peor del hombro y los dolores son cada vez más fuertes. El drenaje parece que funciona bien y quie el pulmón se ha vaciado de líquido. Cuando llega el doctor Stecher, impecable como siempre, con ese aire tan dinámico y tan dulce a la vez, nos trae noticias nuevas: el drenaje va a ser retirado porque ya ha cumplido su función y preparará todo el asunto del traslado para el miércoles. Esto nos anima [...]

Están locos estos cristianos

2013-01-21T22:14:18+01:00Reflexiones|

  A las ocho de la mañana comienzan a sonar las campanas de la iglesia que tengo al lado. De su afilado campanario salen unas notas agudas y desagradables que se extienden por el valle como una maldición. Durante diez minutos maldigo al campanero y a toda su estampa así como el pésimo gusto del constructor de semejante instrumento de tortura. Al final el estruendo hiestérico es sustituído por otro un poco más grave y este por otro aún más y esta abominable sinfonía se repitió durante media hora con sus campanas en tono decreciente. Aproximadamente en el minuto veinte de concierto no pude más y me levanté refunfuñando y reprochando el poco respeto de estos cristianos por el descanso ajeno. ¿No les ha dicho nada su profeta al respecto?. ¿Acaso son necesarios treinta minutos de estruendo para llamar a [...]

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