La capital italiana no es solo una de las ciudades que mayor número de turistas acoge en todo el mundo, una de las que más iglesias y monumentos concentra por metro cuadrado, una de las que más restaurantes, trattoria y pizzerías alberga… Más allá de esto, Roma es una de las capitales más inspiradoras para los creadores y, en concreto, para el séptimo arte. Basta visitar sus míticos estudios de cine y televisión de Cinecittà, o repasar la filmografía de los directores neorrealistas de mediados de Siglo XX, para darnos cuenta de la fuerte relación que la ciudad italiana y la cinematografía guardan.
De esta manera, ¿qué mejor forma de estimular nuestro viaje por Roma que recorrer los escenarios de aquellos largometrajes rodados en sus calles y plazas? Desde films clásicos hasta aquellos más actuales, descubrir los rincones de la ciudad en los que fueron grabados enriquecerá nuestra experiencia. Ahora bien, para desplazarnos por el mapa romano de manera cómoda y rápida, primero conviene contar con un medio de transporte adecuado. En este sentido, una buena solución en alquilar una moto en Roma con Cooltra; una empresa que opera en varios locales de la ciudad y que, además, permite la gestión de reservas online.
Una vez arrendada nuestra Scooter, es hora de comenzar el itinerario cinéfilo por la capital. De este modo, conduciremos por las principales arterias del centro. Tal es el caso de Vía del Corso, que parte de Plaza Venecia y desemboca en la Plaza del Pueblo, y a cuyos laterales se sitúan algunos de los principales reclamos turísticos: el Panteón, la Plaza Navona o la de España. En esta última, concretamente en su famosa escalinata de Trinità dei Monti, se desarrolla una secuencia de Vacaciones en Roma (1953), la cinta de William Wyler, protagonizada por Gregory Peck y Audrey Hepburn. Una película que supone todo un referente para aquellos que deseen recorrer en moto la urbe. Igualmente, otra de las escenas del film tiene por escenario la popular Bocca della Verità, ubicada en la Iglesia de Santa María in Cosmedin.
Entre las más relevantes localizaciones de Roma, el visitante no querrá perderse la Fontana de Trevi, pocos metros al este desde Vía del Corso. Si tratamos de recordar una película que haya inmortalizado el monumento, seguramente a la gran mayoría nos venga a la cabeza un mismo título: La Dolce Vita (1960), dirigida por Federico Fellini. ¿Cómo olvidar aquella secuencia en la que sus protagonistas, Marcello Mastroianni y Anita Ekberg, se remojan literalmente en la fuente?
Otra de las calles obligatorias para todo turista que se precie es la Via dei Fori Imperiali, que conecta Plaza Venecia y el Coliseo, reconstruido en metrajes como Gladiator(Ridley Scott, 2000). A ambos lados de la vía se extienden los antiguos terrenos del Foro y el Palatino. Asimismo, al suroeste de este último, localizamos el Circo Massimo, recreado en la oscarizada Ben Hur (William Wylder, 1959).
Por último, terminaremos con una reciente producción italiana, largamente galardonada y que sitúa su acción en Roma: La gran belleza (Paolo Sorrentino, 2013). Entre sus escenarios: la Piazza del Campidoglio, las Termas de Caracalla, el santuario de la Scala Santa, el Cimitero del Verano, el Gianicolo y los palacios de sus alrededores.