Me acaban de pasar este vídeo y no me he podido resistir a compartirlo. Aunar dos experiencias tan intensas como el volar y el montar en motocicleta es algo que a más de uno se nos ha pasado por la cabeza.Viene a ser algo así, imagino, como la sensación de libertad en su grado máximo.
La única pega que le encuentro es lo limitado que puede resultar el aterrizaje (o no, al fin y al cabo una moto siempre anda cerca de la carretera) y lo arriesgado que puede llegar a ser si, por cualquier circunstancia, vas a parar a una zona «inhóspita» como el pinar del tío Ambrosio.. Yo, que estuve a punto de quedarme parapléjico con un parapente, veo estas imágenes y no me queda otra que apretar el culo. Y desear estar allá arriba.
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