Al igual que en la película de Berlanga «Bienvenido Mister Marshall», los americanos no pasarán por Cantalejo.
Tal y como comentábamos en la entrada «Cagadas de pingüinos«, el club Yo Soy Pingüino ha decidido no celebrar la concentración prevista para el segundo fin de semana de febrero en este pueblo de Segovia. Con las reservas en hoteles, hostales y casas rurales al cien por cien ha sido un jarro de agua fría para el gremio de la hostelería que ya se estaba frotando las manos ante la visita de unos cuantos miles de motoristas.
Pero el Plan Marshall de dinamización económica va a pasar de largo en Cantalejo y no se producirá la tan ansiada lluvia de millones. O si, porque los empresarios del ramo intentan mantener la convocatoria pese a todo y seguir adelante con la concentración de motos. Quizá piensen que para que acudan a su evento miles de motoristas solo tienen que encender cuatro hogueras en el pinar, contratar a dos estripers celulíticas y un grupo musical en declive para que se produzca el llenazo.
Es comprensible que después de haber hecho planes, después de hacerse ilusiones con llegar a ser, algún día, la mayor concentración de Europa, después de pensar en el gran negocio que iban a hacer, se lleven una desilusión tremenda y quieran mantener, como sea, la concentración programada. Pero una cosa es la desilusión y otra distinta hacer el ridículo.
¿De verdad creen que alguien va a acudir a una concentración invernal que tiene como objetivo último llenar los bolsillos de los hosteleros? Si bien ya sabemos que lo que quieren vecinos, ayuntamiento y empresarios en cualquier pueblo en el que se organiza una concentración es que los moteros sintamos la hospitalidad, la bondad de sus gentes, la cultura y blablabla, a nadie se nos escapa que somos una inyección económica de primera magnitud. Pero para obtener los favores del colectivo hay que dar a cambio algo más que verbena y cubalibres. Eso sirve para el verano pero una invernal necesita un poco de «espíritu», un poco más de «autenticidad».
Personalmente creo que no llegará a celebrarse nada en Cantalejo y, en caso de que se haga, no será nada comparable a lo que tenían previsto. Vendrá a ser un remedo para «salvar los muebles» este año y abandonar el proyecto el año que viene. Sin embargo estos movimientos despejan la niebla castellana y vemos mejor la carretera.
ACTUALIZACIÓN: Al final en Cantalejo han optado por organizar una reunión en lugar de una concentración. http://viloriosierte.com/web/comunicado-sobre-la-concentracion-motera-en-cantalejo-si-hay-evento/
Una vez conocida la suspensión, el alcalde de Villacastín, (Segovia), se ha apresurado a ofrecer su municipio para Yo Soy Pingüino, La Leyenda Continúa. Parece que va a haber bofetadas por pillar las migajas.
Fuente: El Norte de Castilla