Que internet es el paraíso de las compras no es ninguna sorpresa. Aunque te puedes llevar alguna si no escoges bien el establecimiento. Esto de las compras on-line debería ser como en la vida real: tenemos que escoger el lugar que nos de mayor confianza y buenos precios.
- Lo primero es perderle el miedo a usar la tarjeta y no sospechar de todo el mundo. Los métodos de pago electrónico son seguros y no hay por qué estar pensando en un posible fraude. Si vamos a realizar una transacción que implique contraseñas y datos «sensibles» de nuestra cartera tendremos que escoger una conexión segura y olvidarnos de pillar la primera wifi gratuita que encontremos por la calle. Ahí nunca estaremos seguros de si esa conexión está siendo monitorizada por los ciberdelincuentes.
- Asegúrate de que el comercio en el que compras admite devoluciones con facilidad. Tiendas como Motoblouz, por ejemplo, ofrecen la posibilidad del cambio del producto si este no es de tu agrado o no funciona como esperabas y así lo reflejan, con claridad meridiana, en la página web. Por otra parte, comprar equipamiento motorista es relativamente fácil que la cazadora, el casco o el pantalón no te sienten como esperabas; en ese caso es muy de agradecer que el trámite del cambio de talla sea rápido y gratuito.
- Mucho cuidado con los chollos. Si te ofrecen un Schuberth C3 Pro 6s por cien euros ¿no sospechas que hay algo raro? Pues eso, un timo. Si sabes que un producto cuesta equis, no intentes conseguirlo diez veces más barato porque, con toda probabilidad, perderás tu dinero. Viene a ser como el timo de la estampita de toda la vida pero trasladado a la red donde no puedes salir corriendo detrás del chorizo que te ha estafado. Otra cosa son las ofertas. En ocasiones puede tratarse de una renovación de stock, de adaptarse a la nueva temporada o de hacer sitio en el almacén. Es bueno estudiarlas en la tienda y comparar con todo lo que nos ofrece Internet.
- De nuevo, cuidado con las ofertas por correo electrónico. Particularmente nunca me ha gustado ese modo de publicitarse porque viene a ser como el tradicional buzoneo de toda la vida. Es relativamente sencillo hacerse con una lista de miles de direcciones de email y bombardear a los usuarios con publicidad: el spam. Te das de alta en un foro, participas en un concurso o te registras en un newsletter motero y tu correo ya puede pasar a una lista de posibles clientes. ¿Comprarías algo a un spammer? Yo lo tengo muy claro.
- ¿Tienen vida fuera de la red? En Internet hay mucho emprendedor y también mucho listillo que se monta su tenderete sin demasiados escrúpulos. Yo mismo anduve metido en esos barrizales. El truco está en comprar barato y vender caro pero eso ya lo sabías, ¿no? Comprueba que en la página aparece el nombre legal de la empresa y el domicilio fiscal, que es una empresa seria, vamos. Si no lo haces puede ocurrir que creas que estás tratando con una empresa y no sea más que un particular ávido de ganancias. En este caso las fechas de entrega suelen dilatarse y las reclamaciones, si las hay, son mucho más complicadas.
- A la hora de pagar comprueba que los datos van a circulan por una conexión segura. Esto lo sabrás si la url de la página de pago comienza por https y aparece con el icono de un candado en la barra de direcciones. En caso de que no sea una conexión segura tus datos podrán ser interceptados por un tercero y duplicarte la tarjeta, por ejemplo. Una conexión segura da… seguridad.
- A la hora de pagar es importante que te den a escoger más de un método. Yo uso desde hace muchos años PayPal o tarjeta de crédito de forma indistinta. Si hay saldo en la cuenta de PayPal gasto de ahí y si no lo hay, tiro de tarjeta. El pago con PayPal es tan seguro como la tarjeta, con la ventaja de que no tienes que memorizar más que tu correo y tu contraseña. En una ocasión, a raíz de un robo de contraseñas en PayPal me vaciaron la cuenta unos ciberdelincuentes de California. Trescientos euros que volaron. Después de susto inicial llamé a la empresa en Madrid y en menos de media hora volvía a tener todo el dinero en mi cuenta. Desde entonces es mi método de pago preferido.
- Una buena opción es tener una tarjeta virtual y una cuenta destinada a las compras por internet. De este modo, y si eres un poco prudente, quizá puedas racionalizar el gasto y no ser un esclavo de las compras por la red.
Para finalizar, y a modo de resumen: sentido común. Puedes encontrar buenos precios en la red porque una tienda virtual no tiene los mismos gastos que una tienda física pero no esperes encontrar «duros a cuatro pesetas»
mola tu podcast un montón, que descubrimiento
Otra cosa es el tema de las devoluciones. Por ley, todas las compras que no se realicen presencialmente, es decir, por catálogo, o por internet, tienen un plazo de devolución estipulado, que son de 7 días, aunque en su mayoría se amplía a 15, en los que te tienen que devolver el importe, si no estás satisfecho.
Es bastante probable uno mismo tenga que hacerse cargo de los gastos de envío, cosa que veo razonable.
Ahora, hay casos en los que no existe la obligación de devolución del producto. Por ejemplo un cd de música, si se ha roto el precinto. También si una prenda muestra síntomas de uso, como si te has puesto unas botas y tienes las suelas marcadas de haber estado andando por la calle. Hay que entender que esas botas ya no van a poder venderse como "nuevas". Tampoco se devuelven las piezas echas por encargo.
Tal como están las cosas, comprar on-line es completamente seguro, algo más económico, no mucho la verdad, pero si que el catálogo disponible es infinitamente mayor que el de la mayoria de comercio convencional.
Coño, se ha comido medio comentario, pues ala, a echarle imaginación que no pienso escribir la parrafada de nuevo. Pero resumiendo, los pago se hacen en la pasarela del banco, los datos de la tarjeta nunca los tiene la tienda