He leído por ahí, más de una vez y de dos, que era una pena que no hubiese nevado para Pingüinos o para La Leyenda. Que ya no eran invernales de verdad, que hacía falta frío. Y nieve…
Yo no sé si estoy fabricado de pasta blanda o que no soy un motero de verdad pero lo cierto es que prefiero en buen tiempo. Sí, incluso en invierno.
A mí esto de demostrar quien la tiene más gorda, quien es más machito o quien tiene los huevos más rellenos de testoesterona me parece una soberana gilipollez. Y perdón por la expresión.
Desde luego, no creo que sea más motero el que pasa más frío porque para eso solo tendríamos que salir a la ruta en pelota picada.
Y tampoco creo que sea más motero el que se arriesga a salir de viaje con una buena nevada. Otra cosa es que te pille cuando estás en ruta, pero ponerse a orar a los 30 millones de deidades indias para que nieve cuando estás a 600 km de casa… qué quieres que te diga.
Y lo de ser más motero… ¿Para qué? ¿Sirve para algo? ¿Dan algún premio o algo? ¿Se entra más fácil en el cielo?
Por otra parte, ¿quién marca el baremo de lo que es «ser más»? Por que si quien lo marca es «los que son menos» no me sirve.
Bueno, que me parece muy infantil todo.
Y que estuvo muy bien La Leyenda.
Parece haberse desatado una competición entre las tres invernales por excelencia de enero (Pingüinos, Motauros y La Leyenda)
Y si queréis os lo resumo yo aquí en un periquete:
¿Quieres fiesta salvaje y macrobotellón? Motauros.
¿Quieres fiesta salvaje y conciertos? Pingüinos
¿Quieres dinosaurios viajeros? La Leyenda.
Ya sé que es un resumen simplista pero ojo, no estoy diciendo que una sea mejor que otra ni nada de eso, no nos confundamos.
Lo que pasa es que ya peino canas y me estoy haciendo viejo, por ese motivo prefiero menos barullo y una media de edad más elevada: por eso voy a La Leyenda.
En Pingüinos este año se batió el récord de participantes: unos 43.000
He leído bastantes quejas por ahí, en redes sociales y chats privados, que este año la organización no anduvo muy fina: que si el café se servía en horas de oficina, que se había overbooking y no cabía todo el mundo…
La leña, por lo que vi en algún video, servida de a poco y escasa; había cientos de personas detrás de un camión de leña para arramblar con todo en cuanto vaciase. No duró ni 10 minutos.
Y el Alcalde… este merece una mención aparte. Muy cutre y barriobajero al meterse con Mariano Parellada y con una concentración, La Leyenda, que ni se celebra en su ciudad ni en su provincia. Era de agradecer que se metiera en sus asuntos y que vele por que Pingüinos no se muera de éxito.
A Motauros el año pasado dije que no volvería y probablemente no vuelva: tanto ruido no me deja pensar.
De acuerdo en casi todo y que cada uno disfrute de su elección.
Y estreno comentario en esta nueva página tan eficiente.
Saludos embriagadores