La moto. La música. ¿Quién no se deja seducir por una buena música que evoque un viaje épico por carretera? ¿Acaso podemos sustraernos a los Steppenwolf rasgando las cuerdas de la guitarra en Born to be wild?
La música y los viajes por carretera parecen ser don conceptos que pueden llegar a estar indisolublemente unidos, como El Gordo y El Flaco, como Daoiz y Velarde o como Ortega y Gasset. Pero ¿qué ocurre si lo que nos gusta es tocar un instrumento y queremos llevarlo de viaje? A menos que hayamos escogido el virtuosismo de la flauta dulce, la harmónica o el triángulo, por poner algunos ejemplos, nos resultará difícil cargar el las maletas con el piano de cola o el arpa de Harpo.
Tranquilos. Empresas como Voyage Air solucionan tus problemas de «movilidad con instrumento» al inventar la guitarra plegable, un chisme maravilloso con el que podrás azafranar a tus compañeros de viaje en interminables noches de campamento a la luz de la luna y el calor del fuego.
Pero si lo tuyo es el piano y no pedes prescindir de él en tus escapadas motorísticas también te ofrecemos una solución práctica para que no tengas que cargar con un remolque sin homologar: el teclado enrollable, a la venta en Amazon
Que el ritmo no pare.
Buen artículo…yo en la furgo y en la moto, opto por el Ukelele, un instrumento que ocupa poco y da mucho de si.
Yo llevo la gaita que, como se desarma, ocupa muy poco.
Una guitarra flamenca??? Passo! Igual a hacer eso con tu moto…
También tienes guitarras eléctricas…