¿Te gustan las carreteras que atraviesan un país de punta a punta? Si es así, te propongo un viaje por la Nacional-2 portuguesa, la EN-2, una ruta que se ha puesto de moda en los últimos años y que te sorprenderá por su diversidad y su encanto. Se trata de una carretera que recorre todo Portugal de norte a sur, o de sur a norte, según por dónde empieces, y que tiene una longitud de 738 km. Puedes hacerla en cuatro días, o más si quieres disfrutar con calma de cada parada.
No esperes encontrar nada parecido a la Ruta 66, pero tampoco te decepciones, porque esta carretera tiene su propia historia y sus propias historias. Su origen se remonta a las calzadas romanas y a las vías de comunicación medievales, que conectaban las zonas más alejadas del país. Con el paso de los años, estos viales fueron evolucionando hasta conformar la N2, tal y como la conocemos hoy, en el año 1945.
Lo más habitual es hacer la ruta de norte a sur, empezando en el kilómetro cero, que se encuentra en la rotonda de los jardines públicos de Chaves. Y, por supuesto, para que el viaje sea más divertido, te recomiendo que te hagas con el pasaporte de la ruta en la oficina de turismo, para ir sellando en diferentes puntos del camino y tener un recuerdo inolvidable.
Desde Chaves, solo tienes que seguir la dirección sur, hacia Faro. No hay pérdida. En el camino, te encontrarás con lugares maravillosos, como las aguas termales de Vidago o de Pedras Salgadas, la zona vinícola de Peso da Régua, con su Museo do Douro, o la ciudad histórica de Lamego, donde podrás admirar su imponente santuario.
Para el sello del pasaporte, hay sitios muy míticos, como el miliario de Picoto da Melriça, en el municipio de Vila de Rei. Este hito señala el centro geodésico de Portugal, y es un lugar ideal para hacer una foto.
Pero si eres de espíritu libre y no te gustan las rutas marcadas, siempre puedes desviarte por caminos alternativos y explorar otras comarcas cercanas. Por ejemplo, puedes visitar la Serra da Estrela, que en su vertiente oeste está llena de carreteras retorcidas y solitarias, perfectas para los amantes de la aventura.
Otro de los desvíos que te sugiero es visitar la aldea de Piodão y la Serra do Açor. Se trata de un pueblo de cuento, con casas de pizarra y ventanas azules, rodeado de montañas verdes. Eso sí, ten cuidado con las carreteras, porque son muy sinuosas. Está a unos 80 o 90 kilómetros de la N2, y para alojarte puedes optar por el camping Toca da Raposa, que es un sitio muy motero y muy viajero. Nosotros nos quedamos allí en una caravana muy sencilla, pero limpia y económica.
Y si te quedas con ganas de más, puedo contarte una historia muy curiosa en la que Piodão tiene un papel protagonista en el año 1300 y pico.
Espero que te haya gustado mi revisión y que te animes a hacer este viaje por la EN-2. Si tienes alguna pregunta o comentario, no dudes en escribirme. Estaré encantado de charlar contigo.
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