Hace unos años, los que deseábamos saber algo sobre la actualidad motorista, debíamos de acudir a las revistas especializadas: Motociclismo, Solo Moto, La Moto…Me recuerdo muy fan de Solo Moto 30 y aún, de vez en cuando, aparecen revistas por casa de la década de los 90.
Por aquel entonces se hablaba (poco) en las revistas del Campeonato de España de Mototurismo. Esto venía a ser algo así como una competición para amateurs en la que había que visitar una serie de concentraciones moteras por todo el país y alguna más alguna en Francia o Italia. Una concentración revestida con el empaque que da la frase «valedera para el campeonato de España de Mototurismo» ya sonaba de otra manera.
Este campeonato que gozaba, como digo, de cierta popularidad, fue perdiendo fuelle y languideciendo paulatinamente hasta 2009. Quizá el hecho de que ganasen siempre los mismos no lo hacía demasiado atractivo como para convertirse en una competición popular. O quizá el hecho de que, una año tras otro, era «más de lo mismo».
En 2009 la Federación Española de Motociclismo decidió darle un vuelco y un buen lavado de cara en un intento de resucitar el Campeonato. Nació la Copa de España de Mototurismo. Se rebajó el número de concentraciones, para que no sólo los que disponían de una situación económica holgada pudieran participar, se añadieron pruebas de habilidad de navegación y culturales, y llegó BMW Motorrad como patrocinador estrella. De hecho la última prueba puntuable consistía en acudir a la BMW Riders en Sierra Nevada. Pero ni el farragoso y complejo reglamento de la Federación ni la capacidad logística de la todopoderosa BMW lograron reflotar la competición que siguió perdiendo tirón hasta desaparecer en 2012. Creo que en la Asamblea Anual de la Federación, a finales de 2012, llegó a presentarse la Copa de España de Mototurismo de 2013 pero, si lo hicieron, no trascendió gran cosa.
Algunas comunidades autónomas, como Madrid, Castilla-La Mancha o Valencia, disponen de su propio campeonato con actividad notable aunque con una promoción más que discreta.
¿Por qué se ha muerto el Mototurismo de competición a nivel nacional? probablemente porque, desde sus inicios, participar en él suponía un desembolso económico demasiado gravoso para los participantes y este lastre se arrastró hasta que era demasiado tarde. O porque era aburrido. O por falta de promoción. O por todo a la vez.
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