crash Over 2010

Mónica me deja para Siempre

2013-03-03T22:43:01+01:00Reflexiones|

Otra vez sobre la moto con setecientos y pico kilómetros por delante y la sensación certera de que le viaje se ha terminado. Son las ocho de la mañana. Apenas si quedan cuatro cosas que solucionar en Pamplona y, a la hora de la merienda, estaré en casa tomando un café. Cómo se ha liado todo. Parece que llevo media vida fuera y, sin embargo, cuantas cosas buenas han pasado. Las playas de Normandía y las copas de Innsbruck son algo que pertenece a un pasado que ahora se me antoja muy lejano, casi diluido en una nebulosa tan espesa como la niebla de ayer. Los recuerdos se amontonan pero son algo tan poco tangible... Nada hay como el momento presente, como el instante preciso e intenso en el que las cosas suceden. El resto es pura invención, un ejercicio [...]

Au Revoire la France

2013-03-03T22:42:09+01:00Reflexiones|

Después de haber tomado un frugal y anodino desayuno en el área de servicio me incorporo de nuevo a la autopista. En la incorporación la cadena ha vuelto a dar muestras de agotamiento, emitiendo unos gemidos que me ponen los pelos de punta. Sigo pensando que es imposible que esté en mal estado, ¿cuántos kilómetros llevo con este kit? ¿17.000? Recuerdo haber insistido en el  taller en que colocasen buen material. Con la Teneré ya tuve que cambiar la cadena a mitad del viaje por colocar lo más barato y juré que no me volvería a pasar. Estoy circulando a 150 km/h en un caudaloso río de camiones entre los que me siento como un barco de papel. Cada rebufo, cada adelantamiento es una tarea molesta y pesada. Adelanto convoyes con las más variadas mercancías una y otra vez y [...]

Todos los Alpes

2013-01-21T22:46:23+01:00Reflexiones|

Dedico un buen rato a repasar todos los rincones de la habitación para no olvidar nada. Me molesta mucho olvidarme cosas en los hoteles. A veces no es tanto por la pérdida en si misma como por dejar un trozo de intimidad tirada en cualquier parte. Una última ojeada en el baño y un último vistazo a la terraza donde, definitivamente, me despido del campanario que me acompañó cada mañana. No echaré de menos su sonido pero sí la vista que me regalaba al levantarme. Son las siete y media y estoy sentado sobre la moto con el traje de aguas puesto. Arranco y escucho durante unos instantes el suave ronroneo del motor. Dejo que se caliente y cierro los ojos henchido de felicidad. Intento retener esta sensación para siempre. Los guantes gruesos sobre mis manos, el sentir el asiento [...]

Despedida y Cierre

2013-01-21T22:28:40+01:00Reflexiones|

Las cervezas de ayer han causado estragos en mi organismo de modo que esta mañana vuelvo a encontrarme correteando hacia el baño cada dos por tres. Mientras observo con la mirada perdida la pared alicatada me digo a mi mismo que algún día tengo que aprender a controlarme porque los efectos secundarios son muy indeseables. De nuevo en el hospital a Gelucho acaban de decirle que están preparando todo para enviarlo a casa mañana. Está exultante. Su mejora hoy se hace más evidente que nunca. Además no será necesario que viaje en camilla, podrá ir sentado lo cual facilita mucho todo el asunto del traslado. Aún le cuesta mucho trabajo moverse y sus paseos por el pasilllo son lentos y pesados. Arrastra los pies tristemente de un lado a otro y sus energías yacen desparramadas en la carretera de Pratto [...]

Tarde de Chill Out

2013-01-21T22:19:04+01:00Reflexiones|

A las siete de la mañana las campanas de la iglesia vuelven a despertarme sobresaltado. En esta ocasión despachan con cinco minutos de compromiso pero son suficientes para que me desplace por la moqueta maldiciendo a la cristiandad. He comprado unos quesos típicos para que se lleve a España. En el hospital se lo llevan para la radiografía diaria. Le van a freir los sesos. Está peor del hombro y los dolores son cada vez más fuertes. El drenaje parece que funciona bien y quie el pulmón se ha vaciado de líquido. Cuando llega el doctor Stecher, impecable como siempre, con ese aire tan dinámico y tan dulce a la vez, nos trae noticias nuevas: el drenaje va a ser retirado porque ya ha cumplido su función y preparará todo el asunto del traslado para el miércoles. Esto nos anima [...]

Están locos estos cristianos

2013-01-21T22:14:18+01:00Reflexiones|

  A las ocho de la mañana comienzan a sonar las campanas de la iglesia que tengo al lado. De su afilado campanario salen unas notas agudas y desagradables que se extienden por el valle como una maldición. Durante diez minutos maldigo al campanero y a toda su estampa así como el pésimo gusto del constructor de semejante instrumento de tortura. Al final el estruendo hiestérico es sustituído por otro un poco más grave y este por otro aún más y esta abominable sinfonía se repitió durante media hora con sus campanas en tono decreciente. Aproximadamente en el minuto veinte de concierto no pude más y me levanté refunfuñando y reprochando el poco respeto de estos cristianos por el descanso ajeno. ¿No les ha dicho nada su profeta al respecto?. ¿Acaso son necesarios treinta minutos de estruendo para llamar a [...]

Sonno in stato di ebrezza

2013-01-21T22:04:59+01:00Reflexiones|

Hoy me levando a las ocho y cuarto, media hora más tarde de lo habitual. Se ve que la cerveza de ayer causó el efecto deseado y alguno más de indescriptible sensación esta mañana. En el hospital sigue sin haber novedades, lo normal para un sábado por la mañana. Lo más destacables es que vuelvo a ver a Valeria, la enfermera que nos atendió el primer día y que tan bien nos había caído. Bromeamos un rato y le ofrezco un viaje a España en moto. Afortunadamente prefiere el avión. Sin saber muy bien cómo he llegado hasta aquí ahora me encuentro tomando cerveza como un poseso en compañía de Walder, un sastre jubilado famoso en Silandro por pasar gran parte del día en lo que educadamente llaman, “stato de ebrezza”, es decir borracho o “ubriacco”. Es un hombre cariñoso [...]

Born to be Wild

2013-01-21T22:02:03+01:00Reflexiones|

A las cinco de la mañana me despierto con una tremenda cagalera y me paso el resto de la noche correteando hacia el baño. El hecho de que amanezca a una hora tan estúpida como las cuatro y media de la mañana ha cambiado mis hábitos matutinos, de natural poco madrugadores. A las siete ya estoy integrado, casi con pleno derecho, entre el resto de la humanidad, habiendo quedado atrás la vida onírica y recoletamente ínitima de las sábanas. En el hospital el paciente está en su sesión diaria de radiografías. Afortunadamente no lo dejarán calvo. Ha venido a vernos un monje muy simpático que nos habla de sus tiempos jóvenes en Roma con dos “hermanos” españoles, uno valenciano y el otro vasco. Eran momentos de lucha por las libertades, de plantar las semillas para que los jóvenes de ahora [...]

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