The English Riviera
Martes 20 de junio de 2006 A causa de la latitud en este país amanece, prácticamente, a la hora de acostarse. Así las cosas, a las cuatro de la mañana ya estoy despierto mientras observo, somnoliento, el techo de la tienda de campaña, perlado de gotas de agua. No se podía esperar otra cosa de una tienda de campaña del Carrefour: condensación. Cierto es que por mil duros poco más se podía pedir. Aún tengo sueño y, por supuesto, decencia, con lo cual vuelvo a dormirme pero a las seis ya estoy con los ojos como platos y pensando en el dueño de la finca en la que estoy acampado. Consigo mantener la horizontalidad hasta las siete y media en que me levanto y recojo todo rápidamente para no dejar pruebas de mi paso por la zona. Aún así, no [...]