Campamento del Oro Viajo en Moto
Siempre he tenido cierta querencia a travestirme, a cambiar de piel, a meterme en el papel de personajes variopintos, al disfraz. De crío recuerdo que mis juegos eran serios, como los de todos los críos, y aún lo eran más si iba ataviado con una espada metálica, una pistola de verdad o un cuchillo de monte de proporciones épicas. Siempre fiel a la realidad. Al crecer no dejé atrás esa afición, se ve que no me caeré de maduro, y amplié a la moto el mundo del disfraz, incorporándola como parte del atrezzo. Así, cada verano, participaba en la fiesta de disfraces del pueblo cosechando grandes éxitos y muchas risas. Policía, bebé con su cuna, buscador de oro... Podía transformarme en lo que me viniera en gana. Pero claro, una cosa es serlo y otra parecerlo. Para ser policía en [...]